sábado, 29 de diciembre de 2007

SUEÑOS EN LO INCIERTO

El viento abandona el espacio cierto
dale al libro de tus pies
la incertidumbre para respirar

El final luego de la caverna
no más princesas de azulejo
solas en un taxi

La prestidigitación del miedo
deporte diario favorito
del multiviolador racista sin piel

Si jubilo mis tigres
es para tomarte de la cintura
y cruzar juntos

Ese aullido deteniendo tu pecho
te doy mi entera existencia
para quebrarlo en miles de sueños

Y entre todas las bombas
es tu fe
es tu amor
es tu esperanza
excitándome a seguir

Y vos sos yo
y yo soy vos
y yo soy yo
y yo...
y yo...
y yo...

martes, 25 de diciembre de 2007

LA CANCION DE CURA


“…is this to end or just begin?”
Led Zeppelin


Achinó la lucecita de sus ojos buscando refugio. Cielos digitales con unos y ceros la perseguían. Dios y el Diablo de la mano buscaban su ayuda. Pero ella misma no podía ayudarse, aunque para el otro siempre está bien predispuesta. Indispuesta también por el aire de mar montañoso, igual aceptó la apuesta y se arrojó a la piscina desde un cuervo a 120 metros de altura.
Caía y caía entre tejas verdes que le gritaban “¡La próxima estación, la próxima estación!”. Al mismo tiempo su pelo negro crecía imitando a Rapunzel; un kilómetro, dos kilómetros y hasta tres kilómetros, envolviéndola en una enorme bola de pelos. Un cometa de cabellos viajando por el espacio donde el Koboldo rechazaba su trono. Toda la población de células y uñas querían que fuera el Rey, pero el duende de los árboles huía temeroso de sacarse el parche de los ojos.

Ella necesitaba hablar con él, convencerlo de que los rottweilers de clonazepam lo estaban decolorando. Pero el Koboldo seguía, obstinado con la lapicera de tinta invisible. Por fin ella aterrizó y su pelo se desprendió, cobrando vida y perdiéndose entre los matorrales de estalagmitas de hielo. La lucecita de sus ojos continuaba con baja batería, titilaba en rojo pidiendo refugio. “¿Llegaré?” preguntó a un reloj cu-cú que cruzó volando. Se dio vuelta y lo vio. Trepado a una estalactita de hielo seco. El Koboldo escupía sus manos para que el hielo seco le quemara. Ella se acercó y posó sus guantes de red de algas en los parches, cantándole una canción.

jueves, 20 de diciembre de 2007

ADIOS A LAS OBSOLETAS Y DAÑINAS FORMAS

Ya pagaste el precio de la decepción
en el vacío sin cuerpo
solo voz que pregunta
"¿Quién soy? ¿Dónde estoy?"

En un sueño de escenario
las Hermanas responden
sus palabras no recordas
aunque penetran el pecho

Si un poema
te pudiera contar mi furia
no alcanzarían los dolores
a pesar de la injusticia tengo mi pasión

Detrás de la lluvia de piedras
está el amanecer
te busco entre las caras sin ternura
son tus cenas las que conquistaré

"Que el veneno no cura"
ya lo sé...
Pero vieras como cuesta
abandonar mi obsoleto tesoro

Encontrémonos
donde los sueños sean nuestro Universo
lejos de la perfección
arropados en nuestro amor

martes, 18 de diciembre de 2007

POLLO A LA CANTO RODADO


Cocinar es como hacer el amor. Con paciencia y paso a paso se acaba en un placentero banquete. En cinco minutos uno puede hacerse uno, dos y hasta tres panchos y listo, con mayonesa, mostaza y ketchup se lo completa liquidando el hambre del momento. O se puede seguir la receta de Mick Jagger y cocinar un par de horas para satisfacer de la mejor manera posible las papilas gustativas y ese deseo de engullir algo gustoso con la boca (comienza por los labios pero se siente en todo el cuerpo). Además tanto en uno como en la otra, se disfruta muchísimo más cuando la imaginación fluye.

A saber los ingredientes (para dos personas) para el ágape:

2 cebollas
1 cabeza de ajo

1 zanahoria
5 papas (la cantidad depende de si son pequeñas o no)
5 patas
de pollo (más o menos tienen que redondear un peso de 0,600 kilogramos)
1 litro de cerveza
Sal (A g
usto)
Pimienta (a gusto)

Tomillo (a gusto)

Aceite

Todo debe cocinarse a fuego lento, cuando la llama lo sienta ella sola subirá hasta la temperatura necesaria para el gran final.
Antes de disponernos a entrar al recinto culinario para comenzar con el acto amoroso, Sir Jagger recomienda acompañar la velada con música. Por supuesto que lo que va a sonar son los Rolling Stones: “Tatto you” es el comienzo perfecto, para algunos es preferible saltear la quemada pista uno, por lo que comienzan el baile directamente con “Hang fire”. Luego de los casi cuarenta y cinco minutos que dura el long play, recomendamos armar una lista de temas no tan rockeros pero no por eso menos intensos: “Fool to cry”, “Almost hear you sigh” y “Slipping away” entre otros.
Se comienza cortando la cebolla e
n juliana, al diente de ajo se lo parte al medio para sacarle su centro y se lo troza en tiritas. La zanahoria es cercenada en rodajas y las papas, luego de ser peladas deben ser trozadas en diminutos cuadraditos.
Luego d
e que tranquilamente cortamos todos los ingredientes se debe reogar la cebolla unos minutos, hasta que este casi transparente. Antes de que esto ocurra hay dos pasos que debemos seguir: echarle un poquito de sal (para que la cebolla deje salir su jugo) y arrojar a la marmita las tiritas de ajo.

"Las fogosas marmitas"








I can feel your tongue on mine… silky smooth like wine… Come on, i beg you i want to be your main man…


Luego se debe ubicar a los carnosos muslos de pollo en el medio de la cebolla y el ajo, agregándole un último toque de sal para que las patas comiencen a transpirar y chorreen sus jugos. Unos veinticinco minutos después se debe echar el primer vaso (o vasos) de cerveza al recipiente que cocina a los muslos. Durante diez minutos se debe cocinar destapado y a fuego medio para que el alcohol se evapore. Paralelo a este movimiento las rodajas de zanahoria deben verterse allí.
Mientras todo esto ocurre hay que ir fritando los cuadraditos de papas pero sin hacerlo del todo. ¿Cómo es esto? Sencillo, se debe dorar el exterior de las papitas, para que por fuera queden crocantes y suaves por dentro cosa de que se deshagan cuando la lengua juegue con ellas.


Just as you have touched my heart, babe i wake and we´re apart… First the sun and then the moon, one of them will be round soon…


Después de que hayan pasado quince minutos del primer chorro de cerveza se debe condimentar la comida con tomillo. El mismo, usado mucho por los antiguos romanos posee un aroma penetrante, persistente y fuerte. Luego de esto, quien quiera puede arrojar nuevamente más cerveza a la comida en preparación. Por último hay que rociar con pimienta a gusto y piacere.


Unos veinte minutos después de todo esto, damas y caballeros la comida está acabada y lista para ser degustada.









Dedicado a Timmy Otul el Conquistador de Especias, también conocido como el cocinero fetiche de la Mujer Nunchaku



domingo, 16 de diciembre de 2007

EL BARRO DE LA OMNIPOTENCIA

Vagaba Dios entre los hombres
sin ser visto
sin ser nombrado
sin ser penetrado

Sobre sus cabezas pasaba
poderoso
omnipotente
ególatra

Hormigas los sentía
en sus hierros viajando
a sus empleos fetiche
¡Gloria al circuito de la hoja!

Apoyó su mano en uno de ellos
"Mi mano..." dijo
"Tienes manos" le contestó
"Dios no tiene manos" rió el insecto

Por primera vez sintió su nombre
descendió sus pies a la Tierra
igual que a uno más
todos los miraron

"¿Quién escribió ese nombre?"
"El" respondió uno señalando a otro
"¿Quién te dijo mi nombre?"
"Ella" bramó el otro señalando a otra

Culpándose en cadena
rastrearon inutilmente un origen
"Soy un sujeto" murmuró el llamado Dios
"No, eres nuestro invento"

jueves, 13 de diciembre de 2007

QUE SI...

En el caminito de tus vértebras
mi energía acaba
que sí...
que solo siento que te quiero

Somos aire filtrándose
en los huecos del muro
que sí...
que solo siento que te quiero

Atravesas mi hielo
derrocando al cemento
que sí...
que solo siento que te quiero

En mi arista
deshoja tu bosque
que sí...
que solo siento que te quiero

Somos ensayo y error
en esta ilusión
que sí...
que solo siento que te quiero

No tenés religión
tu eternidad es mi amor
que sí...
que solo siento que te quiero

lunes, 10 de diciembre de 2007

Un intento de HAIKU

Roza la noche
caen las almas al mar
lloran por todos

Hoja al viento
desnuda la mirada
riega el alma

Furia de uno
late corazón solo
suspira ángel

Rocío nocturno
verde que crece fuerte
duerme en paz

lunes, 3 de diciembre de 2007

CORAZON DE CHOCOLATE RELLENO CON ROQUEFORT

“Because she loves you and you know that can´t be bad…”

Lennon-McCartney

Había una vez un país donde el S.R.K. (Sistema Represor Katólico), una doctrina que hablaba de la creación del mundo del sur y la venida del Mesías en forma de matrimonio; escondía los triki-triki para que no hubiera bang-bang. También quemaban libros en la vía pública que consideraban impúdicos y perseguían a trovadores que desafiaban al sistema.
Pero como toda cárcel siempre hay una fuga. Existía también un famoso filólogo nacido en Rosario llamado Lucho Haltuzer, primo hermano de Lucho Fangal (fanático de la Naranja Mecánica y creador del 3-4-3). Luego de años y años
de analizar la forma en que el S.R.K. dominaba a las personas llamó a su primo para decirle “¡Lucho es la ideología!”. Con la teoría comprobada editó un panfleto titulado “Como matar a tu mujer en un ataque neurótico”, que tuvo un éxito increíble entre la resistencia. Pero el pobre Haltuzer no llegó a disfrutar tal éxito porque la policía secreta del S.R.K. lo chupó y luego lo desapareció. Pero varios soldados del amor siguieron las enseñanzas del filólogo rosarino, entre ellos el Zombie Marchito. Este pasó su vida en un mar de lágrimas hasta que los conocimientos de Haltuzer llegaron a su cabeza y antes de marchitarse por completo escribió y divulgó varias historias. Con el método Vradburi 451 para memorizar y relatar aventuras, el Zombie juntaba en lugares escondidos a miembros de la resistencia para contarles historias que luego ellos debían transmitir a otros y así sucesivamente:

Se encontraba la Reina Batata sodomizando una berenjena, cuando la estaba por mandar al paraíso de las hortalizas apareció Pipo Cipolatti y le dijo:
"En nombre de todos los estudiantes y de Chubby Checker Dios del Twist, deteneos impúdica alteza de los tubérculos subterráneos
"
La Reina Batata ni se inmutó. Con el mismo sable láser que le había ganado en una mano de tinenti a Owi Bwan Kenowi (pero el que representó Ewan McGregor ya que Sir Alec Guinness era un ortiba que detestaba a los fanáticos de Star Wars) primero liquidó el asunto con la oscura berenjena y la envío al purgatorio. (N de R: Pedro, el pepino portero del edén de las verduras, le dijo a la berenjena que había tomado demasiada sandia con vino por lo que debía cumplir una pena de 7 años en el purgatorio) Retomando el hilo de la historia, la Reina Batata encaró a Pipo Cipolatti con el sable láser en la mano y le espetó:
"Tenés una canción
para convencerme de que no te mate"
Asustado, Pipo tomó unos toc-toc y rezándole al dios d
e la suspensión Fric Rot Gabriel, entonó el legendario y epopéyico cuarteto intitulado "8,40".
La Reina Batata
se emocionó hasta las raíces y le pidió la mano a Pipo Cipolatti, este se la cortó, se la puso en un frasco con formol y se la regaló. Luego de que el Same le curara el muñón la Mona Jimenez los casó. Pipo, que era un excelente cocinero y seguía las recetas del eximió chef Franco Bagnato, cocinó una torta de casamiento de chocolate con centro de queso roquefort. “Está química y científicamente comprobado que cuando las moléculas del chocolate y el roquefort se unen en las papilas gustativas, una explosión de placer revoluciona la lengua”. La Reina Batata no pudo creer el apoteótico sabor del que disfrutaba, que sacó dos pasajes a Rusia y lo llevó al ex twist de luna miel por el Kremlin a ver la momia de Lenin. Allí vivieron felices para siempre.

domingo, 2 de diciembre de 2007

SAVIA

No puedo hallar
el tesoro de mi llama

Como a mi espalda
la acaricio al despertar
se que me acompaña
pero no la puedo mirar

¿Por qué necesito verla
si con sentirla...debería alcanzar?

Una tortuosa carrera ansiosa
con agujas derramando
amaneceres por detrás
que no vuelven más

¿Por qué necesito verla
si con creer...debería alcanzar?

El sabor de hacer el amor
es el secreto que abre mi flor
huyendo de la melancolía
mi destino ilumina

domingo, 25 de noviembre de 2007

El motor

El payaso manejaba el auto. Una simbiosis de un Mini Cooper (de los viejos) y un Poncho Volkswagen. Era de noche y las vías estaban cerca. Nadie había en las calles. El traje era todo amarillo y constaba de dos partes: un saco a cuatro botones y un pantalón sin cremallera pero con botones. Llevaba una camisa negra acompañada de una corbata del mismo color. Era un payaso, pero para suerte de su acompañante no tenía ni la cara pintada ni una nariz roja. Era payaso por pura vocación, por su humor ácido, por inventar una historia que comenzaba con la masturbación de Silvia Suller pos intento de suicidio en la terraza del Sheraton mientras una foca tocaba con un arpa paraguaya la novena sinfonía de Beethoven. Por eso era un payaso, porque inventaba historias que hacían reír a unos y a otros no, pero nunca sabía como terminarlas.
En el asiento de al lado, su fiel compañero. Un niño de ocho años, huérfano y en busca de aventuras. Adiós escuela, adiós colonia de vacaciones y adiós y para siempre a la abuela que lo criaba. La radio era la única compañera de los dos viajeros que iban en búsqueda de la Presidenta. Asunto que lo hacia sentir muy importante al Payaso, quien había dedicado toda su vida (tal cual dicta la estirpe de los hazme reír) a los demás, archivando sus emociones en una cajonera del quinto infierno, ubicada en el último subsuelo del planeta Tierra.
Rod Stewart asomaba la voz por el stereo, su garganta cultivada con caros whiskies escoceses y demás hierbas le gritaba vaya uno a saber a cual de sus amantes My heart can tell you no. El Payaso, fanático de la música y gran historiador del rock miró a su acompañante, quien hacia sus primeras armas en el asunto musical y le dijo “nada mejor para una noche junto a las vías, que un romántico tema de los sintetizadores ochentas”. El niño no entendió bien a que se refería, pero como con cada concepto que no comprendía pero le resultaba interesante, lo archivó en su inconciente; él sabría administrarlo mejor. Inmediatamente que el rubio escocés dejó de cantar y para darle el gusto y la razón al conductor del Mini Cooper-Poncho, Gary Moore partió en dos su guitarra al tocar Still got the blues.
Era una noche perfectamente aventurera: estaban yendo a buscar a la Presidenta y los añorados ochenta saltaban por la radio, fuera de la ventanilla las vías vacías iluminaban un melancólico escenario. Para cambiar, porque al ser humano todo lo termina aburriendo al volverse monótono, el Payaso volanteó para cruzar las vías y seguir camino del otro lado. En eso el niño agachó la cabeza para observar una mosca que daba vueltas dentro del vehículo. El Payaso detuvo el auto, sacó su celular y marcó un número, “Lo estoy llamando a Pablo al servicio meteorológico para que me diga como va a estar el tiempo mañana”. “Todo normal”, pensó el niño, mientras fijaba sus ojos en la mosca que se acomodaba en su pie izquierdo; “está bien prevenirse con el clima” pensó, sobre todo si uno tiene que hacer un viaje tan importante llevando a la Presidenta.
Viboreante como un rayo la mosca salió volando hacia los asientos traseros y el niño levantó su cabeza; el mundo se le vino abajo. Una potente y redonda luz blanca recorría las vías, pero lo más terrible era que se dirigía hacia el auto. El niño intentando decir algo que su miedo no le dejaba, sacudió los brazos del payaso quien seguía con su oreja y boca pegados al teléfono móvil. La luz más rápido iba hacia ellos, con gran velocidad y persistencia. Cuando parecía que el final de la existencia llegaba, la locomotora pasó a escasos centímetros del auto. El niño comprendió que aun le quedaban materias que rendir en lo que a percepción de distancias refería. El Payaso era un hazme reír por naturaleza, pero no un suicida y menos un infanticida para poner en riesgo la vida del niño (a quien por cierto estimaba mucho), ya que iba manejando paralelo a las vías pero a uno o dos centímetros de ellas, no encima por lo que el tren no podía embestirlos. Salvo claro que el destino (la ideología de Dios) quisiera ponerlos patas para arriba.

“El tiempo va a estar con nosotros” celebró el cómico. Paso seguido quiso dar arranque al vehículo pero este no respondió. Una vez, dos y tres veces giró las llaves para encender el motor, pero nada de nada. La mosca exploradora de los asientos traseros hacia más ruido. El Payaso descendió del auto seguido por el pequeño. Al levantar el capot no había humo, ni olor a quemado y a simple vista todo estaba en su lugar. Del motor salía un tubo que el Payaso se encargó de destapar, para luego escupir allí dentro y escuchar el ruido de la saliva golpear un líquido. “Está lleno así que esto no es” afirmó sin mirar al niño. Metió su mano entre algunos cables para nuevamente abrir la boca y sin mirar al pequeño decir “Rum, rum, rum, rum, rum, esto también anda perfecto”. Su infante compañero observaba asombrado. Tocó la batería y no tenía ningún desperfecto. Revisó el agua y estaba impecable. Cada vez que tocaba un componente del motor, afirmaba que estaba bien y lo acompañaba de alguna onomatopeya imitando el ruido del motor. Luego de tantear el carburador miró al niño para decirle “Rum, rum, rum, rum, rum, está todo en su lugar y anda perfecto”. Como dos caras de una misma persona el Payaso y el niño se miraron en silencio intercambiando pensamientos. “Entonces ¿qué le pasa al auto? ¿por qué no arranca? ¿le falta algo al motor?” dijo el pequeño midiendo cada una de sus palabras. En un acto reflejo el Payaso estiró todo su cuerpo abriendo los brazos lo más que pudo para declarar “¡Le falta amorrrrrrrrrrrr”, acto seguido se abalanzó sobre el motor para cubrirlo de besos y gritarle “¡Te quiero, te quiero, te quierooooooooooo!”. Sorprendido y no menos asustado el niño le gritó que tuviera cuidado, que el motor seguía caliente y se iba a quemar. El Payaso solo atinó a responderle que el amor quema y mucho, pero que al mismo tiempo el amor todo lo cura y continuó con el ritual de sus labios.

domingo, 11 de noviembre de 2007

BICICLETAS


Viajó en el tiempo. Contento como cuando tenía ocho años y la primera bicicleta sintió la fuerza de sus piernas. Pocas cuadras eran hasta la estación de tren.
Mucho frió chupó en esas mañanas oscuras de invierno, la Tierra no estaba tan deprimida y la temperatura bajo cero era más extensa. Los ojos se abrían con el agua congelada, la mano pasaba pero no era una caricia, sostenía el peine que ordenaba el cabello. De niño, de adolescente y así hasta el exilio del adulto.
De vuelta al presente, sumaban ochenta y un años, sin embargo las veredas parecían inmortales y las lágrimas se despedían en la alcantarilla. Visera para el sol, campera para el viento; libertad para la ternura del encuentro.
Algunas palabras podían sonar vacías, para disimular cierta ignorancia del dolor causado. Pero el corazón de amor los unía. La verja del extremo estaba cerrada, en el andén pocos aguardaban el tren. Por la rampa subió la bicicleta, con los ojos rugosos cuidando detrás. El viaje era ese tiempo, esos años que parecieron perdidos y que ningún fantasma puede contar.

Lejos de la trampa, ya no se desangraban. No hubo oraciones para demostrar nada, ínfimo contacto físico, una abrazo, un beso; pero la energía envolvía. Arrancada del baúl que estallaba en las vías, la paz era luz. Rió al ver que el primer vagón quedó a varios pasos de donde estaban, corrió con la bicicleta para subirla, para volver a la actualidad. Nuevamente rió cuando las puertas cerraron el viaje. El tren se alejó, la ternura los encendió.










miércoles, 7 de noviembre de 2007

LOS SUBTERRANEOS



Viajan bajo tierra

embutidos en fierros y silicio.
Viajo.

Solos entre todos
con silencio en los ojos.
Solo.

En cada estación buscan
a la Madre de todos.
Busco.

En cada vagón extrañan
al Padre de todos.
Extraño.

martes, 30 de octubre de 2007

D10S existe


No solo que existe, sino que hoy es su cumpleaños. Inmortal, adicto, increible, verborrágico, autocrítico, gordo, cabrón, sincero; todo eso y más es D10S. Seis años tenía cuando vi el gol a los ingleses, aún hoy me sigue poniendo la piel de gallina. D10S es más que el fútbol, su figura es la más conocida en todo el planeta y eso se lo discuto a cualquiera

Feliz aniversario D10S, vas a seguir cumpliendo hasta el fin del mundo.





DIEGOTE PASADO Y CON VINCHA

lunes, 29 de octubre de 2007

FABIO ZERPA TIENE RAZON

Prendés la radio como todos las mañanas, para acompañarte mientras tomas unos amargos. Son las 5:59 de la mañana y en tu AM favorita "Que me van a hablar de amor" cantada por Julio Sosa, termina para dar comienzo al noticiero de la primera mañana. Repodrido de haber pasado el día anterior escuchando el discurso festivo de Cristina por todas las emisoras, pedís que por favor hablen de la vuelta del fútbol y del clásico con Huracán del próximo domingo. Pero la Galaxia es inmensa y se encuentra en constante expansión. No estamos solos. La radio escupe oraciones que vas hilando una detrás de la otra. "No pueden ser estas las noticias" pensas y ves como el agua caliente se hunde entre la yerba sin palo. El locutor habla de meteoritos cayendo en alguna parte del planeta. Agrega datos diciendo que objetos voladores no identificados con forma de platillos grises, están aterrizando en España, Turquía y Canada. Un bizcochito de grasa se mezcla con tu asombro, otro mate para digerirlo mejor. La voz del anunciador suena a desesperación con cada segundo que pasa. De los platillos, extraños y violentos seres descienden liquidando a cualquier humano que se les acerca. El locutor grita como loco, lo mismo está ocurriendo en todos los continentes, los cables de noticias llegan rápidamente y más extraterrestres hacen estragos.
Es un caos generalizado, vas hasta el balcón pero nada, el sol apenas se asoma. Sin embargo, muchos se suicidan, las comisarias y hospitales reciben llamados pidiendo ayuda. Las avenidas principales comienzan a desbordarse con los humanos yendo a trabajar, asustados, mirando al cielo con sus radiotransistores pegados al oído; sintiendosé como hormigas buscando un agujero.


El 30 de Octubre de 1938 Orson Welles le dio un susto bien grande al paranoico público de New York y New Jersey. A tu salud Orson, excelente chiste.


viernes, 26 de octubre de 2007

EL REY LAGARTO

"Mientras haya gente se recordarán las palabras y las combinaciones de palabras. Sólo la poesía y las canciones podrán sobrevivir a un holocausto. Nadie puede recordar una novela entera. Nadie puede describir una película o una pintura. Pero, mientras haya seres humanos, las poesías y las canciones continuarán"
J.D.M.



Awake.
Shake dreams from your hair
my pretty child, my sweet one.
Choose the day and choose the sign of your day
the day's divinity
First thing you see.

A vast radiant beach and cooled jeweled moon
Couples naked race down by it's quiet side
And we laugh like soft, mad children
Smug in the wooly cotton brains of infancy
The music and voices are all around us.

Choose they croon the Ancient Ones
the time has come again
choose now, they croon
beneath the moon
beside an ancient lake

Enter again the sweet forest
Enter the hot dream
Come with us
everything is broken up and dances.

Indians scattered,
On dawn's highway bleeding
Ghosts crowd the young child’s,
Fragile eggshell mind

We have assembled inside,
This ancient and insane theater
To propagate our lust for our life,
And flee the swarming wisdom of the streets.

The barns have stormed
The windows kept,
And only one of all the rest
To dance and save us
From the divine mockery of words,
Music inflames temperament.

Ooh great creator of being
Grant us one more hour,
To perform our art
And perfect our lives.

We need great golden copulations,

When the true kings murders
Are allowed to roam free,
A thousand magicians arise in the land
Where are the feast we are promised?

miércoles, 24 de octubre de 2007

TORMENTA DE AIRE

¿Cómo se ama?
¿Besando?
¿Acariciando?
¿Haciendo el amor?

Prueba...
Siendo honesto
siendo leal
siendo constante

¿Alcanza?
El dictador dijo
"No puedo permitirme la piedad"
¿Quién soy?

"De los débiles es"
Mi cuerpo atraviesa el aire
sin embargo vacío está
no puedo sentir su alma

jueves, 18 de octubre de 2007

LAS LLAMAS DEL ALBA


El Rosedal se veía tan desierto. Salvo por quienes navegaban en el lago. Los botes eran de fibra de vidrio, como todos los que alquilan allí. Con la diferencia que no eran botes comunes. El lago era una calesita, cables con cientos de bombitas de luz roja, azul, verde y más; lo adornaban. De palmera a palmera, dibujando una tela de araña de arco iris el carrusel daba vueltas en el agua. Las embarcaciones, en las que únicamente cabía una persona, tenían la forma de un auto. Sin vidrios, sin volantes, pintados de celeste, de rosado, de naranja y más. Adentro de cada uno de ellos llevábamos un pianito. Chiquito, transportable con una sola mano y liviano como siete plumas. Sus teclas, obviamente eran de colores, salvo que cuando tocábamos las melodías, se volvían blancas, retornando a su tonalidad original cuando otra sonaba. Primero fuimos uno, luego tres, más tarde cinco; hasta perder la cuenta. Entre todos surgió un maestro, un director que se hizo cargo de la orquesta. Sus anteojos no disfrazaban como su mirada interpelaba con hermosa sensibilidad su pianito. Su voz nos contagió, uno a uno fuimos cantando las palabras, atraídos y a la vez, alejándonos de la tirantez de nuestra piel.


Tu nombre sobre mi nombre
(Luis Alberto Spinetta)

Mientras el sol se filtra por mi ventana,
no sé si aquella luz,
regresa aquí...

No sabes como extraño mi calma,
no sé si voy a ser,
feliz así...

Dime mi amor
¿me perdí?
Dime porque,
no te ví,
y espero que te olvides mi nombre...

Mientras el sol se filtra por mi ventana,
la lluvia brinda su aire
en mí...

No sabes como extraño mi calma,
no sabes si voy a ser
feliz así...

Dime mi amor, ¿qué pasó?
No sé porque yo no fuí,
y espero
que te olvides mi nombre...

Solo espero que las brumas del alba,
traigan un nombre a mi vida...
Espero que las llamas del alba,
traigan un alma...

Bien sabes como extraño mi alma,
no sé si aquella luz se queda...

Sabes como extraño tu alma,
no sé si aquella luz se queda en mí...
Y espero que te olvides mi nombre...

Espero que las llamas del alba,
traigan un rumbo a mi vida...
Espero solo espero tu nombre,
sobre mi nombre en este día...

La eternidad busca un paso en tí
amor...
Es que la eternidad solo busca un paso en tí,
amor...






miércoles, 17 de octubre de 2007

SOLDADOS DE PERON


El 17 de Octubre de 1945 las patas sucias del pueblo, limpiaban el agua de las fuentes de Plaza de Mayo. Horrorizada, la oligarquía argentina, la misma que 31 años después iba a apoyar el terrorismo de estado de Videla, Massera y compañía; solamente atinaba a ver desde sus balcones de la avenida Callao.

Porque en la actualidad el alma del General vive entre nosotros, porque Menem lo hizo y alzó su bandera lo más alto que pudo para hundirnos, porque el Partido Justicialista nos une ante la dominación capitalista, desde este humilde y mordaz espacio; brindamos por los Soldados de Perón.

Como lo más probable sea que si Juan Domingo se levantara de su tumba ahí en San Vicente, (manco y todo), se pusiera en un muñon una motosierra y una ametralladora a repetición en el otro y fusilara en turnos de cinco minutos a Cristina, Lavagna, todos los Rodríguez Saa, todos los Menem y a cualquiera que actualmente este afiliado al Partido Justicialista; nos quedamos para beneplácito nuestro con la inapelable y gloriosa influencia del primer trabajador, en el justicialista rock nacional.




lunes, 15 de octubre de 2007

TRES COLORES

Te tengo tan cerca
casi dentro mío
ya no hay árboles
donde ocultarme

No te pienso
te siento
siguiendo a un diente de león
hasta llegar a vos

Me arden las manos al tocarte
detrás del vidrio te quiero
pero el mal necesita
pruebas para creer

Es una mezcla
de tu rostro y el mío
la útima barrera
que estoy desarmando

Es mi nombre
sobre tus labios
identificando sin palabras
todo lo que siento

El cansancio alcanza el climax
tantos soles hay
no puedo desperdiciarlos
en tristezas muertas

Tres colores hay
izando mi bandera
detengo la ansiedad
abordándolos con todo mi aire

martes, 9 de octubre de 2007

El más grande de todos


¡Happy birthday John! Algún día, la guerra terminará...

viernes, 5 de octubre de 2007

La danza de la lluvia

La cuestión era el agua. Haberse dado cuenta antes y se hubiera ahorrado tantos dolores. Desnudo iba caminando entre las piedras. El azufre le destrozaba la planta de los pies y las chispas saltaban como avispas defendiendo su panal. Una muy furiosa aguijoneó su pómulo izquierdo, haciendo que cierre rápidamente sus pestañas. Aún sus reflejos funcionaban. La tierra estaba terriblemente enojada, aumentaba su temperatura llevando las llamas tan altas que ni el mismo Lucifer hubiera imaginado un cielo tan rojo. Derramaba su sien transpiración, arrastrando al resto del cuerpo a la misma marcha. Las gotas caían al piso y se evaporaban, muriendo en el aire, sin poder llegar al oculto cielo para ser nubes y comenzar el circuito del vital líquido. Sobrepasado de sal, las tres cuartas partes de su cuerpo perdían la melodía de sus moléculas. Cuevas oscuras escribían oraciones en forma de azotes, cortando la unión con el centro.

“No vendría mal un trago de agua” pensó. Sediento y acalorado, debía seguir parado, todo el terreno ardía y no había sitio donde recostarse o sentarse. Las ampollas no invadían la piel, pero el miedo advertía. El turbulento ruido de motor avisó. A lo lejos, entre las hogueras un colectivo se aproximaba. Achinó los ojos, el número se escondió, “¡Los colores¡…..mmmmm rojo, celeste, blanco……¡el 184!”. Sin vereda, calle o parada que indicara la zona de detención, extendió su brazo derecho y detuvo al vehículo. Su deducción fue correcta, en palabras ciento ochenta y cuatro tenía escrito el ómnibus. Desinflándose la puerta delantera se abrió, nadie conducía aunque ello no le llamara la atención. Clausurada la máquina de monedas con una cinta de metal negra en la ranura, pasó sin pagar. El calor no había disminuido, adentro también hacia un calor infernal. Y además, el cuero agrietado del asiento raspaba su piel. El paisaje tampoco cambiaba: más azufre, piedras enormes echando vapor moribundo, llamas cada vez más altas, ninguna señal de vida alrededor. Aburrido de mirar por la ventana, con las manos sobre sus rodillas, sus ojos bajaron a la butaca de enfrente. La fría agarradera de metal oficiaba de techo a una inmortal leyenda escrita con liquid paper: “Proba amar”. Para cuando iba por la centésima vez que la leía, el colectivo se detuvo apagando todas sus luces y abriendo sus puertas. Sed, más sed que nunca. Descendió en medio de un páramo desértico. No hacía calor, no había fuego, no había azufre. Solo una inabarcable extensión de dunas y arena, continuando más allá del circular horizonte. Era de noche, pelado el cielo, salvo por la luna. “Proba amar”, nuevamente volvió a pronunciarlo, esta vez en voz alta, aunque solo él lo escuchara. Pero se sentía bien, tomaba vida en palabras, se hacía material en esa realidad fuera de su cuerpo. Casi podía tocar la oración y jugar con ella, esculpiendo en medio del frío. Nuevamente la sed. Seca la garganta, escurrido el corazón, la piel reseca con los labios cortados escupían furiosa saliva. El agua, al asunto era el agua. Quería desarmar las tres cuartas partes de su cuerpo y bebérselas.

“Proba amar”. Como si hubiese una sabiduría milenaria en el sillón del colectivo, la frase galopaba al ritmo de una manada de elefantes. Observó las palmas de sus manos resquebrajándose, pedacitos de piel se salían con solo soplarlos. Las alzó hasta sentir los cráteres de la luna. La tomó dulcemente, llevando sus dedos, correteando por ahí como adolescentes nerviosos y excitados. Pacientemente fue besando el espacio, buscando un oasis. Explorando, necesitaba hallar sus labios. Frotar el centro nervioso del placer, recorriendo su superficie carnosa, horizontal, vertical; las posiciones se entremezclaban y el cuerpo regulaba su temperatura sin importar el clima exterior. Arqueó sus rodillas, rodeándola sin una posible escapatoria. La sequedad mutó en humedad, la piel reseca se desprendía dando vida a otra nueva. Rayos eléctricos brotaban de la fricción. Nubes cargadas se reproducían con intensidad. Truenos y relámpagos estremecían el escenario. Una, dos, tres, cuatro….. en gotas finas de agua fueron convirtiéndose, gotones consistentes luego, continua lluvia eran.

martes, 2 de octubre de 2007

Un sueño...



Su Padre alumbraba el nuevo día.. Con los rayos evaporaba las gotas del rocío nocturno. “Mañana su luz curará nuestras heridas” dijo uno. “¡Secando la lluvia que limpia la sangre de la batalla!” gritó otro y alzando sus armas, todos se ataron a un mismo aullido. Mientras el multitudinario ejército comenzaba la marcha. A paso cansino los miles de guerreros y criaturas pasaban entre los árboles. Los hombres ciervo llevaban la delantera, allanando el camino con sus arcos y flechas. Adonde él mirara, los distintos batallones avanzaban: lanceros, centauros, caballeros, lobos. No llevaba puesto los guantes. La yema de los dedos acariciaban las plumas de su montura. El pico dorado soltó un graznido de guerra, inflando el cuello y alejando a los soldados acompañantes. Arrogantemente irguió su cabeza, recorriendo con la vista el verde paisaje de la planicie. El lo calmó palpándole el pico. Rey en la tierra y rey en el cielo, el grifo estiró aún más su cuello en señal de lealtad.

Extenso y nervioso era el camino a recorrer. Para amenizarlo en comunión con el resto, sacó la lira de Apolo y comenzó a cantar. Estrofas pidiendo buena fortuna y valentía para la lucha entonaron todos juntos. Luego de varios minutos, el boca a boca llegó hasta allí, informando que debían ir más rápido. A la mitad del canto guardó la lira y sin decir palabra, ordenó al animal avanzar raudamente. Las patas de león tensaron los músculos, las alas airearon sus plumas para el despegue; y como un rayo entre los soldados que se corrían de su trayecto, la criatura tomó velocidad. Desgarrando el aire se elevó hasta las nubes como si fueran uno solo, con toda su fuerza las alas desplegaba llegando al frente del batallón. Bien alto sus filosos ojos detectaron al enemigo. Un amplio valle aguardaba a los adversarios para el encuentro.

El grifo acomodó sus extremidades plumíferas junto al cuerpo, iniciando el descenso. Una vez en tierra, el guerrero desmontó de su amigo. En un dinámico movimiento la bestia nuevamente volvió a despegar; solitaria. Un grito de infinito vacío pobló el lugar. De rodillas cayó al ver las alas perderse entre las nubes. Golpeando la tierra preguntó al pasado más antiguo, trayendo al presente la leyenda de la unión de por vida del humano y el grifo. El golpeteo metálico de los oponentes levantó su cabeza, aplomados en el horizonte avanzaban. Irguió su cuerpo aferrándose al mango de su espada. Lloró en soledad, escondido del sol. Dio media vuelta con el dolor del alejamiento como capa, caminando hacia donde los generales para recibir las órdenes de combate.

sábado, 29 de septiembre de 2007

¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

Más vale tarde que nunca. El 22 de Septiembre de 1951 nació en Yorkshire, Inglaterra, David Coverdale. Con solo decir que fue uno de los vocalistas de Deep Purple y luego formó Whitesnake alcanza. Sí, el rock ´n´ roll también también se bate el pelo. En este espacio el merecido homenaje a una de las tres mejores voces del rock. Disfrutenlo.


miércoles, 19 de septiembre de 2007

COCODRILO ASTRONAUTA



Escondido en el espacio
apagándose el oxígeno
la sangre muere despacio

Coágulos de campana
flotan esparciéndose
adios a la azul ventana

Inmenso el vacío
lee en los astros
la poesía del cometa perdido

No hay rastros humanos
ni temperatura para medir
exiliados de lo que amamos

El miedo desaparece
con las últimas esquirlas de pasión
ya nada orgánico permanece

Sin sentido para oír
el silencio lo es todo
nadie me vio huir

Las órbitas liberan
implota la prisión solitaria
esa estrella, ¿quién era?

sábado, 15 de septiembre de 2007

GUSANO ETERNO


Siempre tuve duda de la existencia de Dios. Fui educado como católico, bautizado de pequeño en la Basílica de Luján pero, cuando llegué a la edad en que debía tomar la comunión, mi madre me dio a elegir entre hacerlo o no. Simplemente porque no tenía ganas de asistir a ninguna clase de catequesis, desistí de enrolarme en las huestes del señor Jesucristo. Ahora, el tiempo siguió transcurriendo y mis pasos por este mundo, hicieron que acrecentara mi cuestionamiento y replanteamiento sobre la creencia de un ser divino.

Debo reconocer que desde que tengo uso de razón, siempre fui bastante escéptico respecto a todo el mundillo de las religiones. Aunque nunca supe cual es la raíz de dicho sentimiento. Gracias a la libertad y educación intelectual que mis padres me dieron, tuve acceso a distintos tipos de textos. Ideas y conceptos que aprendía, algunos me resultaban realmente inútiles y otros muy interesantes; hicieron (o eso al menos deduzco) que desarrollara mi razonamiento actual. Ahora, entre tanto pensar, entre tanto razonar, entre tanto ver en la realidad y en los hechos para creer, tuve al mismo tiempo la necesidad de buscar incansablemente el lugar que la fe ocupa en mí. Debido a circunstancias en que mi vida estuvo en juego, caí necesariamente en la búsqueda de esa divinidad que supuestamente todo lo creó. Durante muchísimos años admiré y odié al mismo tiempo, independientemente de su credo, a quienes fervientemente hablaban de Dios, Jehová, Alá y tantos nombres más; como alguien o algo que está en algún lado viéndonos, vigilándonos, cuidándonos y porque no, hablándonos. Discutía con ellos, porque quería hacerles entender que yo tenía razón, que si no podíamos ver a Dios, tocarlo o lo que fuere, era porque no existía. Por mi fuerte carácter, terminaba casi siempre insultando al otro y tratándolo de idiota fantástico. Mientras, sin que nadie se diera cuenta, seguía yo preguntando y razonando: “Si a Dios no lo puedo ver, tocar pero si puedo hablarle, él me escucha pero yo no, él habla para los católicos a través de la Biblia pero a la Biblia la escribió el hombre…”. Algo ahí no terminaba de convencerme. Además de que uno tuviera que dejar de lado prácticamente su vida para dedicársela a ese Dios, que nos esperaba del otro lado para abrirnos las puertas del paraíso eterno. Debo aclarar que en realidad él tampoco nos esperaba, su obediente portero San Pedro hacia los honores. Los años acontecían, yo me alejaba de la niñez para llegar a la adolescencia y absolutamente nada de eso me convencía. Aunque seguía buscando algo.



Cumplidos los veinte años, un hecho acrecentó esa búsqueda y modificó para siempre los cimientos de mi fe, de mi creencia en la vida. Mi Abuela falleció enfrente mío y yo observé, durante los casi diez minutos que duró todo, como su corazón dejó de latir, como cesó de respirar; como su cuerpo dejó de funcionar. Eso era real, yo lo estaba viendo, nadie me lo estaba contando ni lo estaba leyendo en ningún lado. Una sensación rara percibí en la habitación de ese hospital. Estando enteramente sobrio, sin ningún estupefaciente que alterara mi percepción, observaba mi piel erizarse, un extraño frío apoderarse del lugar; me preguntaba ¿Qué está ocurriendo? Mientras, mi madre lloraba tomando de la mano a mi Abuela y hablándole al oído. Debo reconocer la tristeza que sentía en ese momento, pero no por el fallecimiento en sí, sino por no poder ver nunca más a esa persona que amaba con todo mi corazón. Pero al mismo tiempo, mi incesante búsqueda captó ese instante y archivó todo lo que sucedía. Algo había acaecido, la verdad es que ni hoy puedo explicarme bien todo lo que sentí. La duda de que si realmente ocurrió todo tal cual lo percibí o si por el contrario, mi inconciente quería recibir eso de tal manera, que confirmara lo que estaba buscando. Por ese instante, alguna parte mía quiso parecerse a quienes fervientemente son devotos de alguna religión.

Mi búsqueda no solo se basó en el Creador, como escribió Lucio V. Mansilla en el cuento En chata…, “Todos los hombres chicos quieren parecerse a algún hombre grande o superior a ellos”. A los seis años quería ser como Mario Baracus, el personaje que Mr. T interpretaba en la ochentosa seria “Brigada A”. Ese personaje me parecía fantástico. Principalmente el corte de pelo, esa cresta (corte que aún me debo), las cadenas de oro colgando, los aros con plumas que le llegaban a los hombros. Era una especie de indio conformado por una masa de músculos, que cuando se enojaba golpeaba enemigos arrojándolos de aquí para allá. Y como todo tipo duro y bonachón, tenía un gran temor: a los aviones. Miedo que compartimos en la actualidad.

A medida que vamos avanzando con nuestra vida, todo cambia, aunque suene trillado es así y como dijo Horacio Quiroga en su Decálogo del Buen Cuentista “Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba el viento frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes”; por lo que no encuentro otra manera de escribirlo. Decía sobre los cambios y uno que tuve, fue el del hombre al que quería parecerme (mi papá nunca aparecería en esa lista, por lo menos de forma consciente; atento viejo zorro Sigmund); a los doce años, con plena ebullición de mis hormonas el Rock ´N´ Roll fue el centro de mi diversión. Los Guns N´ Roses mi banda favorita y Slash, su guitarrista, el personaje que yo proyectaba ser. Tener esos pelos enrulados (el mío siempre fue lacio) tapándole el rostro, pararme sobre un parlante mientras sacudía la guitarra (nunca aprendí a tocarla) de un lado para el otro y las chicas como locas gritando su nombre. Unos siete años después leí El retrato de Dorian Gray y me dije “Quiero escribir y vivir como Oscar Wilde”. Quien podía vivir mediante el arte por el arte y tener esa sensibilidad para decir lo que sentía, simplemente tenía una libertad infinita. Algunas semanas luego de que mi Abuela falleciera, en un libro del irlandés que no recuerdo cual es leí: “…si no saben nada de la muerte es porque ellos conocen poco de la vida, porque los secretos de la vida y de la muerte pertenecen a aquellos a los que afecta el transcurso del tiempo y que poseen no sólo el presente, sino el futuro. Pueden alzarse o caer desde un pasado de gloria o de vergüenza”. Sentía que todo se entrelazaba en el hallazgo de esa inexistente respuesta.

Si algo aprendí durante mi existencia es que la vida, el destino o lo que como deseemos bautizarla/o, es sabio/a y maneja los tiempos con la frialdad necesaria, acallando la ansiedad. Hace un mes aproximadamente me dirigí con dos amigos, con los que realizamos un programa de radio (Oximoron – Todos los sábados de 20 a 22 en www.radioxradio.com) a realizar unas notas a los vendedores de la revista Hecho en Buenos Aires, por la celebración de su séptimo año de publicación. A eso de las dos de la tarde nos apostamos en el local donde la revista se distribuye, ubicado en Pasaje San Lorenzo 371 en el barrio porteño de San Telmo. El lugar es sencillo: Una puerta doble de madera actúa como entrada. Un pasillo largo que lleva hasta el fondo de la vieja casa, pero al que muy pocos pueden acceder, ya que los vendedores deben pasar al patio techado que se ubica a la izquierda en el pasillo, a un metro y medio de la puerta de entrada. Allí, el endeble techo de chapa con sus goteras dejó filtrar la poca de agua que el cielo escupía. Una abertura cuadrada bastante amplia, oficia de atendedor donde los vendedores la adquieren. Los que realizan dicha actividad son personas en situación de calle, desempleados y excluidos. Charlando con algunos de ellos, relataron como viven en pensiones u hoteles familiares, los que pagan día por día con lo que sacan de la venta de la publicación.

Cuando quise entrevistar con el grabador a una de las vendedoras llamada Susana Ramírez, tajante se negó diciendo “No quiero que me filmen”.
—Quédese tranquila que no es para la televisión, es para un programa de radio. Solamente vamos a grabar su voz con este grabador. Respondí enseñándole el aparato electrónico.

—Tampoco quiero. Si queres hablamos, no tengo problema, pero no te voy a dejar que me grabes.
—Bueno, no te grabó, pero ¿puedo tomar nota de lo q
ue digas?
—Si, eso sí, porque de esa manera si puedo realizar mi verdadero trabajo. La palabra escrita es casi como la hablada, de esa manera debemos hacer nuestro trabajo— dijo Susana; debo decir que hablaba claramente y abriendo la boca
bastante grande, sin molestarle para nada enseñarme los pocos dientes que tenía.
— ¿Cuál es tu trabajo?
Sabiendo por razones obvias que vendía Hecho en Buenos Aires, esa curiosidad que arrastro me preparó para
escuchar lo que no había ido a buscar, pero si para encontrarme con lo que estaba necesitando para otro trabajo que debía realizar.
—Yo no solo vendo la revista, también soy profeta, que es el trabajo que hago
para mi Jefe— señaló con su índice al techo —él me dice que hacer, este trabajo de vender la revista me hace digna, pero el otro trabajo que hago me da valor como persona, es el trabajo que debemos hacer todos. El es el papá que nos dice que debemos hacer.

“Ya está”, pensé. Una fanática religiosa que vive de lo que saca comprando una revista por $ 0,70 y la vende a dos pesos. Volví rápidamente a la búsqueda de mi creencia, a la batallante discusión por convencer a alguien de que Dios no existe, de que es el invento de los hombres para no hacerse cargo de la realidad y así desembarazarse de los hechos materiales que conforman nuestra vida.

—Mi papá en estos momentos está en su trabajo, acá por el centro…— Interrumpiendo a los gritos —Pero ese es tu papá de carne y hueso, como vos, como yo, como tu mamá de carne y hueso. Yo de hablo del papá de todos, el que todo lo ve, el que todo lo sabe, el que nos cuida y nos dice en la Biblia que debemos hacer para salvarnos.

Reconozco que me entusiasme una enormidad. Frente a mí, tenía una persona que tenía una radical creencia en el Dios inventado por los hombres, que no iba a dar el brazo a torcer por nada del mundo, aunque no tuviera las palabras y los conceptos para definirlo, para ella Dios estaba aquí, allí y en todas partes (¿Se habrán inspirado en Susana, Lennon y McCartney?)

—Y ¿Adonde está tu papá? —
—Es tu papá también, es el papá d
e todos…—
—Esta bien, pero ¿Dónde está él, adonde está?— Como en las viejas épocas de mis discusion
es existencialistas, mis nervios me empujaban, entre la admiración y el enojo, movía mis manos acompañando la situación.
—No importa adonde está, lo que nos tiene que importar es que él n
os va a estar esperando cuando nos muramos, nos va a estar esperando con el fuego eterno, con la vida eterna y con el gusano eterno.—

Y ahí ya me sentí enteramente satisfecho. Tantas cosas dichas en dos oraciones, tantas repreguntas que podía hacer (aunque ella me siguiera respondiendo sin sustento alguno), que no sabía por donde comenzar. Aunque el “gusano eterno” se llevó todos los laureles.

—Ahí me estas contestando, me estas diciendo que Dios nos espera luego de la muerte, quiere decir que ahí está él—
—Si, puede ser, pero eso es una parte de lo que Dios tiene preparado. Ojo, hay que ser cristiano para que él nos salve. Hay que creer en Jesús, que va a venir a la Tierra a salvarnos para llevarnos hasta nuestro papá. Yo me pregunto, los no cristianos ¿adonde se van?— Me miró fijo, riéndose sin decir absolutamente nada más, aguardando a ver que le respondía.
—La verdad que no tengo la menor idea. No soy cristiano y no se adonde me voy a ir cuando me muera—
—¿Vas a la iglesia Emillio?— Preguntó tomando las riendas de la entrevista.
—Emiliano, no Emilio. Y no, no voy a la iglesia…—
—Así no te vas a salvar. Hay que ir a la iglesia, yo voy casi todos los días, a rezarle Jesús. Solo ahí y con él nos podemos salvar y curar. Él cuando venga nos va a salvar y curar—

Susana hablaba enérgicamente convencida. Sus gesticulaciones no dejaban escapar ninguna duda, ella se creía absolutamente todo lo que decía. Decidí sacarle el mando de la charla, para nuevamente ir en la dirección que yo quería.

—Hace un rato me hablaste del “gusano eterno”, algo de conocimiento sobre el cristianismo tengo y más o menos, se lo que entienden por fuego y vida eterna. Pero, al “Gusano eterno” es la primera vez que lo oigo nombrar. ¿Qué es?—
—El gusano eterno, el gusano eterno— miró nuevamente al techo con goteras —Dios lo tiene preparado, él lo prepara para salvarnos.
—Está bien, pero ¿Qué es, de donde lo sacaste?
— ¡De la Biblia!— Respondió, como si estuviera hablando de algo que es de conocimiento público.
—Pero, ¿está en alguna página en especial, hay un pasaje que habla del “gusano eterno”?
—Una cosa que yo me pregunto es si el endemoniado se puede curar— y respondiéndonos a los dos dijo: “Solo se puede curar si quiere”.
—Emiliano, me tengo que ir, tengo que ir a vender estas revistas porque a la noche tengo que pagar la habitación que compartimos con mi hijo.
— ¿Cuándo viene Jesús?— Casi desesperado le cuestioné, para saber si podía darme algún dato exacto.

—No, no, no sé. Pero va a pasar pronto, quedate tranquilo que va a pasar pronto; pero ahora me voy, tengo que irme— Se alejó, saludándome, dándome un beso para al llegar a la puerta, gritarme, para que también la oyeran los que estaban en la calle: “¡Andá a la iglesia, no te olvides de ir!”.

Al salir del lugar con mis amigos, quienes observaron toda la conversación sin acotar absolutamente nada, averiguamos con unos chicos del barrio, que Susana Ramírez, la profeta, es bastante conocida en la zona. Vende la revista en las esquinas de Defensa y Chile o también sobre Defensa e Independencia.

Como siempre en estos casos, me voy con el asombro de ver a las personas que tienen profundamente arraigada su creencia religiosa. Y aunque no puedan ver ni tocar absolutamente nada de lo que hablan, creen enormemente en ello. Nuevamente, maravillado e indignado a la vez, contradictorio como tantas otras cuestiones; de ver como el hombre se atrapa a si mismo. Tal vez, eso mismo este haciendo yo con mi búsqueda.