martes, 25 de diciembre de 2007

LA CANCION DE CURA


“…is this to end or just begin?”
Led Zeppelin


Achinó la lucecita de sus ojos buscando refugio. Cielos digitales con unos y ceros la perseguían. Dios y el Diablo de la mano buscaban su ayuda. Pero ella misma no podía ayudarse, aunque para el otro siempre está bien predispuesta. Indispuesta también por el aire de mar montañoso, igual aceptó la apuesta y se arrojó a la piscina desde un cuervo a 120 metros de altura.
Caía y caía entre tejas verdes que le gritaban “¡La próxima estación, la próxima estación!”. Al mismo tiempo su pelo negro crecía imitando a Rapunzel; un kilómetro, dos kilómetros y hasta tres kilómetros, envolviéndola en una enorme bola de pelos. Un cometa de cabellos viajando por el espacio donde el Koboldo rechazaba su trono. Toda la población de células y uñas querían que fuera el Rey, pero el duende de los árboles huía temeroso de sacarse el parche de los ojos.

Ella necesitaba hablar con él, convencerlo de que los rottweilers de clonazepam lo estaban decolorando. Pero el Koboldo seguía, obstinado con la lapicera de tinta invisible. Por fin ella aterrizó y su pelo se desprendió, cobrando vida y perdiéndose entre los matorrales de estalagmitas de hielo. La lucecita de sus ojos continuaba con baja batería, titilaba en rojo pidiendo refugio. “¿Llegaré?” preguntó a un reloj cu-cú que cruzó volando. Se dio vuelta y lo vio. Trepado a una estalactita de hielo seco. El Koboldo escupía sus manos para que el hielo seco le quemara. Ella se acercó y posó sus guantes de red de algas en los parches, cantándole una canción.

2 comentarios:

Esteban Valesi dijo...

Lisérgico. Letal. Tiene su firma, amigo.

Saludos.

Emiliano dijo...

Cha gracias mi estimado.-