sábado, 29 de diciembre de 2007

SUEÑOS EN LO INCIERTO

El viento abandona el espacio cierto
dale al libro de tus pies
la incertidumbre para respirar

El final luego de la caverna
no más princesas de azulejo
solas en un taxi

La prestidigitación del miedo
deporte diario favorito
del multiviolador racista sin piel

Si jubilo mis tigres
es para tomarte de la cintura
y cruzar juntos

Ese aullido deteniendo tu pecho
te doy mi entera existencia
para quebrarlo en miles de sueños

Y entre todas las bombas
es tu fe
es tu amor
es tu esperanza
excitándome a seguir

Y vos sos yo
y yo soy vos
y yo soy yo
y yo...
y yo...
y yo...

martes, 25 de diciembre de 2007

LA CANCION DE CURA


“…is this to end or just begin?”
Led Zeppelin


Achinó la lucecita de sus ojos buscando refugio. Cielos digitales con unos y ceros la perseguían. Dios y el Diablo de la mano buscaban su ayuda. Pero ella misma no podía ayudarse, aunque para el otro siempre está bien predispuesta. Indispuesta también por el aire de mar montañoso, igual aceptó la apuesta y se arrojó a la piscina desde un cuervo a 120 metros de altura.
Caía y caía entre tejas verdes que le gritaban “¡La próxima estación, la próxima estación!”. Al mismo tiempo su pelo negro crecía imitando a Rapunzel; un kilómetro, dos kilómetros y hasta tres kilómetros, envolviéndola en una enorme bola de pelos. Un cometa de cabellos viajando por el espacio donde el Koboldo rechazaba su trono. Toda la población de células y uñas querían que fuera el Rey, pero el duende de los árboles huía temeroso de sacarse el parche de los ojos.

Ella necesitaba hablar con él, convencerlo de que los rottweilers de clonazepam lo estaban decolorando. Pero el Koboldo seguía, obstinado con la lapicera de tinta invisible. Por fin ella aterrizó y su pelo se desprendió, cobrando vida y perdiéndose entre los matorrales de estalagmitas de hielo. La lucecita de sus ojos continuaba con baja batería, titilaba en rojo pidiendo refugio. “¿Llegaré?” preguntó a un reloj cu-cú que cruzó volando. Se dio vuelta y lo vio. Trepado a una estalactita de hielo seco. El Koboldo escupía sus manos para que el hielo seco le quemara. Ella se acercó y posó sus guantes de red de algas en los parches, cantándole una canción.

jueves, 20 de diciembre de 2007

ADIOS A LAS OBSOLETAS Y DAÑINAS FORMAS

Ya pagaste el precio de la decepción
en el vacío sin cuerpo
solo voz que pregunta
"¿Quién soy? ¿Dónde estoy?"

En un sueño de escenario
las Hermanas responden
sus palabras no recordas
aunque penetran el pecho

Si un poema
te pudiera contar mi furia
no alcanzarían los dolores
a pesar de la injusticia tengo mi pasión

Detrás de la lluvia de piedras
está el amanecer
te busco entre las caras sin ternura
son tus cenas las que conquistaré

"Que el veneno no cura"
ya lo sé...
Pero vieras como cuesta
abandonar mi obsoleto tesoro

Encontrémonos
donde los sueños sean nuestro Universo
lejos de la perfección
arropados en nuestro amor

martes, 18 de diciembre de 2007

POLLO A LA CANTO RODADO


Cocinar es como hacer el amor. Con paciencia y paso a paso se acaba en un placentero banquete. En cinco minutos uno puede hacerse uno, dos y hasta tres panchos y listo, con mayonesa, mostaza y ketchup se lo completa liquidando el hambre del momento. O se puede seguir la receta de Mick Jagger y cocinar un par de horas para satisfacer de la mejor manera posible las papilas gustativas y ese deseo de engullir algo gustoso con la boca (comienza por los labios pero se siente en todo el cuerpo). Además tanto en uno como en la otra, se disfruta muchísimo más cuando la imaginación fluye.

A saber los ingredientes (para dos personas) para el ágape:

2 cebollas
1 cabeza de ajo

1 zanahoria
5 papas (la cantidad depende de si son pequeñas o no)
5 patas
de pollo (más o menos tienen que redondear un peso de 0,600 kilogramos)
1 litro de cerveza
Sal (A g
usto)
Pimienta (a gusto)

Tomillo (a gusto)

Aceite

Todo debe cocinarse a fuego lento, cuando la llama lo sienta ella sola subirá hasta la temperatura necesaria para el gran final.
Antes de disponernos a entrar al recinto culinario para comenzar con el acto amoroso, Sir Jagger recomienda acompañar la velada con música. Por supuesto que lo que va a sonar son los Rolling Stones: “Tatto you” es el comienzo perfecto, para algunos es preferible saltear la quemada pista uno, por lo que comienzan el baile directamente con “Hang fire”. Luego de los casi cuarenta y cinco minutos que dura el long play, recomendamos armar una lista de temas no tan rockeros pero no por eso menos intensos: “Fool to cry”, “Almost hear you sigh” y “Slipping away” entre otros.
Se comienza cortando la cebolla e
n juliana, al diente de ajo se lo parte al medio para sacarle su centro y se lo troza en tiritas. La zanahoria es cercenada en rodajas y las papas, luego de ser peladas deben ser trozadas en diminutos cuadraditos.
Luego d
e que tranquilamente cortamos todos los ingredientes se debe reogar la cebolla unos minutos, hasta que este casi transparente. Antes de que esto ocurra hay dos pasos que debemos seguir: echarle un poquito de sal (para que la cebolla deje salir su jugo) y arrojar a la marmita las tiritas de ajo.

"Las fogosas marmitas"








I can feel your tongue on mine… silky smooth like wine… Come on, i beg you i want to be your main man…


Luego se debe ubicar a los carnosos muslos de pollo en el medio de la cebolla y el ajo, agregándole un último toque de sal para que las patas comiencen a transpirar y chorreen sus jugos. Unos veinticinco minutos después se debe echar el primer vaso (o vasos) de cerveza al recipiente que cocina a los muslos. Durante diez minutos se debe cocinar destapado y a fuego medio para que el alcohol se evapore. Paralelo a este movimiento las rodajas de zanahoria deben verterse allí.
Mientras todo esto ocurre hay que ir fritando los cuadraditos de papas pero sin hacerlo del todo. ¿Cómo es esto? Sencillo, se debe dorar el exterior de las papitas, para que por fuera queden crocantes y suaves por dentro cosa de que se deshagan cuando la lengua juegue con ellas.


Just as you have touched my heart, babe i wake and we´re apart… First the sun and then the moon, one of them will be round soon…


Después de que hayan pasado quince minutos del primer chorro de cerveza se debe condimentar la comida con tomillo. El mismo, usado mucho por los antiguos romanos posee un aroma penetrante, persistente y fuerte. Luego de esto, quien quiera puede arrojar nuevamente más cerveza a la comida en preparación. Por último hay que rociar con pimienta a gusto y piacere.


Unos veinte minutos después de todo esto, damas y caballeros la comida está acabada y lista para ser degustada.









Dedicado a Timmy Otul el Conquistador de Especias, también conocido como el cocinero fetiche de la Mujer Nunchaku



domingo, 16 de diciembre de 2007

EL BARRO DE LA OMNIPOTENCIA

Vagaba Dios entre los hombres
sin ser visto
sin ser nombrado
sin ser penetrado

Sobre sus cabezas pasaba
poderoso
omnipotente
ególatra

Hormigas los sentía
en sus hierros viajando
a sus empleos fetiche
¡Gloria al circuito de la hoja!

Apoyó su mano en uno de ellos
"Mi mano..." dijo
"Tienes manos" le contestó
"Dios no tiene manos" rió el insecto

Por primera vez sintió su nombre
descendió sus pies a la Tierra
igual que a uno más
todos los miraron

"¿Quién escribió ese nombre?"
"El" respondió uno señalando a otro
"¿Quién te dijo mi nombre?"
"Ella" bramó el otro señalando a otra

Culpándose en cadena
rastrearon inutilmente un origen
"Soy un sujeto" murmuró el llamado Dios
"No, eres nuestro invento"

jueves, 13 de diciembre de 2007

QUE SI...

En el caminito de tus vértebras
mi energía acaba
que sí...
que solo siento que te quiero

Somos aire filtrándose
en los huecos del muro
que sí...
que solo siento que te quiero

Atravesas mi hielo
derrocando al cemento
que sí...
que solo siento que te quiero

En mi arista
deshoja tu bosque
que sí...
que solo siento que te quiero

Somos ensayo y error
en esta ilusión
que sí...
que solo siento que te quiero

No tenés religión
tu eternidad es mi amor
que sí...
que solo siento que te quiero

lunes, 10 de diciembre de 2007

Un intento de HAIKU

Roza la noche
caen las almas al mar
lloran por todos

Hoja al viento
desnuda la mirada
riega el alma

Furia de uno
late corazón solo
suspira ángel

Rocío nocturno
verde que crece fuerte
duerme en paz

lunes, 3 de diciembre de 2007

CORAZON DE CHOCOLATE RELLENO CON ROQUEFORT

“Because she loves you and you know that can´t be bad…”

Lennon-McCartney

Había una vez un país donde el S.R.K. (Sistema Represor Katólico), una doctrina que hablaba de la creación del mundo del sur y la venida del Mesías en forma de matrimonio; escondía los triki-triki para que no hubiera bang-bang. También quemaban libros en la vía pública que consideraban impúdicos y perseguían a trovadores que desafiaban al sistema.
Pero como toda cárcel siempre hay una fuga. Existía también un famoso filólogo nacido en Rosario llamado Lucho Haltuzer, primo hermano de Lucho Fangal (fanático de la Naranja Mecánica y creador del 3-4-3). Luego de años y años
de analizar la forma en que el S.R.K. dominaba a las personas llamó a su primo para decirle “¡Lucho es la ideología!”. Con la teoría comprobada editó un panfleto titulado “Como matar a tu mujer en un ataque neurótico”, que tuvo un éxito increíble entre la resistencia. Pero el pobre Haltuzer no llegó a disfrutar tal éxito porque la policía secreta del S.R.K. lo chupó y luego lo desapareció. Pero varios soldados del amor siguieron las enseñanzas del filólogo rosarino, entre ellos el Zombie Marchito. Este pasó su vida en un mar de lágrimas hasta que los conocimientos de Haltuzer llegaron a su cabeza y antes de marchitarse por completo escribió y divulgó varias historias. Con el método Vradburi 451 para memorizar y relatar aventuras, el Zombie juntaba en lugares escondidos a miembros de la resistencia para contarles historias que luego ellos debían transmitir a otros y así sucesivamente:

Se encontraba la Reina Batata sodomizando una berenjena, cuando la estaba por mandar al paraíso de las hortalizas apareció Pipo Cipolatti y le dijo:
"En nombre de todos los estudiantes y de Chubby Checker Dios del Twist, deteneos impúdica alteza de los tubérculos subterráneos
"
La Reina Batata ni se inmutó. Con el mismo sable láser que le había ganado en una mano de tinenti a Owi Bwan Kenowi (pero el que representó Ewan McGregor ya que Sir Alec Guinness era un ortiba que detestaba a los fanáticos de Star Wars) primero liquidó el asunto con la oscura berenjena y la envío al purgatorio. (N de R: Pedro, el pepino portero del edén de las verduras, le dijo a la berenjena que había tomado demasiada sandia con vino por lo que debía cumplir una pena de 7 años en el purgatorio) Retomando el hilo de la historia, la Reina Batata encaró a Pipo Cipolatti con el sable láser en la mano y le espetó:
"Tenés una canción
para convencerme de que no te mate"
Asustado, Pipo tomó unos toc-toc y rezándole al dios d
e la suspensión Fric Rot Gabriel, entonó el legendario y epopéyico cuarteto intitulado "8,40".
La Reina Batata
se emocionó hasta las raíces y le pidió la mano a Pipo Cipolatti, este se la cortó, se la puso en un frasco con formol y se la regaló. Luego de que el Same le curara el muñón la Mona Jimenez los casó. Pipo, que era un excelente cocinero y seguía las recetas del eximió chef Franco Bagnato, cocinó una torta de casamiento de chocolate con centro de queso roquefort. “Está química y científicamente comprobado que cuando las moléculas del chocolate y el roquefort se unen en las papilas gustativas, una explosión de placer revoluciona la lengua”. La Reina Batata no pudo creer el apoteótico sabor del que disfrutaba, que sacó dos pasajes a Rusia y lo llevó al ex twist de luna miel por el Kremlin a ver la momia de Lenin. Allí vivieron felices para siempre.

domingo, 2 de diciembre de 2007

SAVIA

No puedo hallar
el tesoro de mi llama

Como a mi espalda
la acaricio al despertar
se que me acompaña
pero no la puedo mirar

¿Por qué necesito verla
si con sentirla...debería alcanzar?

Una tortuosa carrera ansiosa
con agujas derramando
amaneceres por detrás
que no vuelven más

¿Por qué necesito verla
si con creer...debería alcanzar?

El sabor de hacer el amor
es el secreto que abre mi flor
huyendo de la melancolía
mi destino ilumina