jueves, 30 de octubre de 2008

miércoles, 29 de octubre de 2008

D10S: "A la Selección la dirijo yo"




Diego Armando Maradona es el nuevo Director Técnico de la Selección Nacional de fútbol. Salvo alguna catástrofe que vuelva todo atrás, esto es así. Y con Diego en el medio cualquier cosa puede ocurrir...
A continuación, algunos de los hechos que pueden suceder con el más grande de todos los tiempos sentado en el banco de la Selección:

A) La Selección es un fracaso futbolístico jamás imaginado. El 0-5 con Colombia en el ´93 es un poroto al lado del 0-7 con Brasil o un 0-4 con Venezuela, permitiendo que nos quedemos afuera de Sudáfrica 2.010. Obviamente, la respuesta del Diego a este hecho sería: "Y bueno, reconozcamos que no tenemos los jugadores que creemos tener, que Messi es un jugador de Playstation, Riquelme es un pecho frío que no siente la camiseta y con Mascherano solo no podemos. Y mis ayudantes, bueno, yo me equivoqué, Troglio no puede colaborar ni dirigiendo el tránsito y Bilardo es un muerto que se quedó en el tiempo. La culpa es de Grondona, acá tenemos que hacer un cambio de raíz, quiero ser el Presidente de la AFA".

B) La Selección no solo que se clasifica holgadamente al Mundial, sino que lo gana con un fútbol vistoso y revolucionario, convirtiéndose en el equipo más grande de toda la historia del fútbol mundial, sepultando a leyendas como Brasil del ´70 y La Naranja de Mecánica de Johan Cruyff. Esta conquista permitiría un festejo más grande que el carnaval de Río de Janeiro, deviniendo en una celebración al estilo de los rituales Dionisíacos, donde todos los jugadores, dirigentes, hinchas y cuerpo técnico con Diego a la cabeza, armarían una orgía con amazonas, sátiros, torrentes de vino, y drogas duras, blandas y alucinógenas. Una fiesta casi eterna que culminaría con la muerte en vivo y en directo para todo el mundo del genio que logró esto: Diego Armando Maradona. Un digno final trágico para el Héroe más grande. Así, Maradona es erigido como un dios y su cuerpo es llevado en alzas por una procesión que da la vuelta al globo como hacen con la llama olímpica. Su tragedia sería cantada por el resto de la eternidad por los poetas de toda la galaxia.

C) Diego decide jugar algunos partidos de local en Venezuela y Cuba. Dada su conocida amistad con Fidel y Chavez, y por una hermandad latinoamericana en contra de la tiranía imperial de los Estados Unidos, nada mejor que la Selección de Todos jugando en tierras que son las trincheras del Socialismo mundial. Julio Grondona no se opondría a esto, ya que los sponsors pondrían plata en cualquier evento que garantice como espectadores a los casi 7.000 millones de habitantes que tiene nuestro planeta. Mercantilización al por mayor.

D) Quienes sí se opondrían a esto serían Cecilia Pando y la banda de asesinos ignorantes que lidera. Ya que para su pobre lectura histórica y política, la localía de la Selección en Cuba y Venezuela, representaría una maniobra encubierta del peronista, comunista y marxista Gobierno Nacional. Junto a ella saldrían a cacerolear por las calles de Barrio Norte, Recoleta y Plaza San Martín, los nobles patriotas siempre bien dispuestos reclamando que "¡El Guevarista de Maradona!" se baje de la conducción técnica de la Selección. Además de que lo criticarían por drogón, fiestero, ateo y hasta por querer usurparle el trono al Todopoderoso. Propondrían en su lugar a un trabajador y ferviente católico como Carlos Bianchi.

Fútbol, política, religión, sociedad, arte; todo puede tratarse en el fántastico mundo de Diego Armando Maradona. Sólo el tiempo nos mostrará cual de todas las fantasías y teorías se harán realidad. Por supuesto, no dejemos de lado esas imprevisibilidades a las que la vida nos tiene acostumbrados.

martes, 28 de octubre de 2008

El hombre delgado que no flaqueará jamás



"...siento una simpatia natural y espontanea hacia las cosas extraordinarias..."

sábado, 25 de octubre de 2008

Titanes en el Tiempo y Espacio

En este ring de catch
infinito aumentando día a día
mi deseo en esta esquina
midiendo mi existencia finita
el tic-tac en la otra
con moño azul y camisa multicolor
el árbitro soy

miércoles, 22 de octubre de 2008

Otra frontera

Enrejada la ventana
acurrucada por la mirada
cuanto más apretás las canillas
más dolerán los huesos
estratégica y mansamente
te ubicás
en la frontera de la creación
oliendo al otro lado
la destrucción
fingiendo que no te importa
irónicamente basculás
de un precipicio a otro
en viaje nocturno
por sendero onírico
y sabés
por la sangre derramada
que nadie indemne acaba

martes, 21 de octubre de 2008

Triste fatalidad

Nacida bajo un mal signo
hoy cicatriz lamentada
quizás sólo sea tu desaliento
¿no crees Niña de Agua Salada?

Nadie oye tu armónica
escondes como buena simuladora
sin amigos ni vampiro de turno
para curar el regalo del Demiurgo

Al nacer dibujaste
la paz anhelada de grande
y hasta hoy nada más dejaste
a la tristeza penetrarte

Quisieras creer en lo sagrado
sellada al pecado imaginado
insultas por tu mundo injusto
sin sentir por la vida gusto

Me pides que te abrace
cuando juegas con el filo
sobre tus nervaduras azules
nada puedo hacer así por tí

El mapa de tatuaje
enhebrado sobre tu espalda
lo recorres en carruaje
de destino espectral

Disfrazada con abatida mirada
persistes violenta sin piedad
errando aullarás
alejada de la eternidad

domingo, 19 de octubre de 2008

Sexo, oh sí, sólo sexo

Y si nos mordemos el dolor es dulce,

y si nos ahogamos en un breve y

terrible absorber simultáneo del aliento,

esa instantánea muerte es bella.

Rayuela de Julio Cortázar

Penetrados, acariciados, en la fricción donde morimos para renacer. Ese instante orgásmico, el acabar que deviene en vacío hasta que como un viento eléctrico estamos nuevamente en pie. El sexo nos atraviesa, nos moldea, nos frustra, nos alegra, nos energiza. Universo intensamente humano al que amamos tanto como tememos.

Sexo de cuerpos, de palabras, de sensaciones, de olores que nos atraen inexplicablemente. ¿Qué sería del sexo si tuviera una explicación racional? No la hay y que por favor nunca exista una. Nos fijamos en el otro, y cuando nos atrae, con esa fuerza que solamente nosotros entendemos, todos los cánones de belleza, de fealdad, se van al demonio. Porque el sexo implica eso, la destrucción del orden, de la moral que dice que hacer y que no. El sexo libre de ataduras es eso. El sexo que nos empuja a gozar cuando nuestro compañero o compañera está ahí, inmóvil, con su cuerpo desnudo enfrente nuestro y solamente nos miramos. No hay roce, pero hay sexo, no hay fluidos, pero hay sexo, no hay palabras, pero somos sexo.

Los medios de comunicación más oídos, leídos y escuchados destrozan el sexo. Nos muestran mujeres desnudas, voluptuosas bestias que nos cuentan que las excita y que no. Así, la energía de esa pulsión primaria es asesinada con la mediatización. Triunfa la masturbación visual que nunca llega al roce físico. Con los hombres lo mismo, los enseñan tan musculosos y trabados, que parecen recién salidos del photoshop.

Sin embargo el sexo se ríe de todo eso. Porque es tan rebeldemente humano que nos brota por los poros, aunque las religiones lo prohíban o lo quieran encadenar. En poluciones nocturnas, en sueños que son rugidos del inconsciente imposible de domar. Allí el sexo manda y se ríe de su enemigo.

Puede tener la violencia de dos vampiros chupándose mutuamente, incansables hasta la muerte. O la dulzura de dos flores intercambiando pétalos. También puede ser un carnaval de cientos de almas, entrelazándose al mismo tiempo en una memorable orgía.

Todo eso y tanto más es el sexo. Pero lo que no puede ser jamás, es la nada sin sensaciones ni emociones. Sexo, oh si, sólo sexo.

jueves, 16 de octubre de 2008

Feria del Libro Independiente


Más información acá.

Realidad Heráldica

"Hermano Asno, lo que llamamos acto vital es, en realidad, un acto imaginario. El mundo -que visualizamos siempre como Mundo ‘exterior’- sólo cede a la autoexploración. Ante esta paradoja cruel, pero necesaria, el poeta descubre que le empiezan a crecer cola y agallas, nada mejor para nadar contra las corrientes de la ignorancia. Lo que puede tal vez parecer un acto de arbitraria violencia, es justamente lo contrario, pues al invertir de este modo el proceso, el poeta unifica la presurosa y distraída corriente de humanidad con la quieta, tranquila, inmóvil, inodora, insípida plenitud de donde deriva la esencia de los motivos del hombre. (¡Sí, pero duele admitirlo!) Si el poeta tuviese que abandonar toda esperanza de hallar un asidero en la superficie resbaladiza de la realidad, estaría perdido, ¡y todo en la naturaleza desaparecería! Pero ese acto, el acto poético ya no será necesario el día que cada uno pueda cumplirlo por sí mismo. ¿Qué se lo impide, preguntas? Bueno, todos tenemos un innato terror de separarnos de nuestra moral dolorosamente racionalizada; y ocurre que el salto poético que predico se encuentra precisamente del otro lado. Nos aterra únicamente porque no nos atrevemos a reconocer en nosotros mismos las horribles gárgolas que decoran los pilares totémicos de nuestras iglesias: criminales, mentirosos, adúlteros, etc. (Cuando nos reconocemos, las máscaras de papier maché se desvanecen) ¡Quienquiera que dé el salto misterioso hacia la realidad heráldica de la vida poética descubrirá que la verdad posee su propia moral interna! No es necesario ya usar braguero. En la penumbra de esta verdad, la moral puede ser ignorada, pues es una donnée, una parte de la cosa en sí, no una mera palanca, una inhibición. ¡Existe no para que se piense en ella, sino para que se la viva! Ah, Hermano Asno, esto podrá parecerte una prédica demasiado ajena a las preocupaciones ‘puramente literarias’ que te abruman; pero si no siegas con tu hoz esta parte del campo, jamás recogerás la cosecha interior, jamás cumplirás tu verdadera función en este mundo.
¿Pero cómo?, me preguntas quejumbroso, en tono de lamento. Y a esto, sinceramente, no sé qué responderte. Porque a cada uno de nosotros le ocurre de una manera distinta. Sugiero tan sólo que tú no has llegado aún al límite de la desesperación, al límite de la determinación. De algún modo, en lo profundo, tienes todavía un espíritu indolente. Pero entonces, ¿para qué luchar? Si tiene que sucederte, te sucederá sin que tú hagas nada. Tal vez hagas bien en abandonarte así, a la deriva, a la expectativa. Yo era demasido altivo. Sentía que debía tomarla por los cuernos a esa cuestión esencial de mis derechos naturales. Para mí, se trataba de un acto de voluntad. Y a la gente como yo le decía: ‘¡Fuerza la cerradura, derriba la puerta. Afronta, desafía, desmiente el Oráculo y te convertirás en el poeta, el vidente!’.
Sé que la prueba puede presentarse bajo cualquier disfraz, aun en el mundo físico, como un golpe entre los ojos o algunas líneas garabateadas a lápiz al dorso de un sobre olvidado en un café. La realidad heráldica puede estallar en cualquier punto, arriba o abajo, no tiene importancia. Pero sin ella el enigma subsistirá. Podrás viajar alrededor del mundo y colonizar los remotos extremos de la tierra con tus frases, pero jamás escucharás el cántico."


De Pursewarden a Darley, en Clea, el último libro de El Cuarteto de Alejandría.

martes, 14 de octubre de 2008

Gente como uno...

Porque sentimos más
el amor del día a día
que la estirpe sanguínea

Frente a los de andar anestesiado
somos sospechosos
del hermoso pecado
al que vivir bautizamos

Enfrentados al Juez Inerte
elegimos la risa
ante el Angel de la Muerte

En nuestra mesa se sienta
el noble socorrista del hermano
alejado de la sanguijuela
contadora de monedas en el despacho

Vivimos con el dolor
de cantar penas por dos
reunidos en brindis de bravo sabor

Modelamos bailes y poesías
para no ser víctimas
del mal común humano
de arrepentirse por el tiempo pasado

jueves, 9 de octubre de 2008

Alas de murciélago

En una visión me ví
vagando fuera de mí

Las palomas huián
como enjambre de mis alas
¿Dónde va la primavera?
batíanse mis sentidos
preguntando al Viejo Olmo

Para siempre es desolada condena
es mi puerto esta trinchera

A la ciudad que me contenga
no la veo desde la antena
entre árboles partidos por rayos
solo edificios de ojos clausurados
escondiendo soñadores

Membranas y arcos vampíricos
incandescentes ramas y hojas

Desaparecen las alas en gotas
de lágrimas, de sangre, de luz
violenta caída del ocaso
trasciende la carne mi hallazgo
en armonía encarno

9 de Octubre


El mundo

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.


Eduardo Galeano en El Libro de los Abrazos.





Imagina que no hay paraíso,
Es fácil si lo intentas,
Ningún infierno debajo de nosotros,
Arriba de nosotros, solamente cielo,
Imagina a toda la gente
Viviendo al día...

Imagina que no hay países,
No es difícil hacerlo,
Nada por lo que matar o morir,
Ni religiones tampoco,
Imagina a toda la gente
Viviendo la pida en paz

Imagina que no hay posesiones,
Me pregunto si puedes,
Ninguna necesidad de codicia o hambre,
Una hermandad del hombre,
Imagina a toda la gente
Compartiendo todo el mundo...

Tu puedes decir que soy un soñador,
Pero no soy el único,
Espero que algún día te nos unas,
Y el mundo vivirá como uno solo.




miércoles, 8 de octubre de 2008

¡Mi General, cuanto valés!


Advertencia:
Ni el diseño y tampoco la semilla creativa de este nuevo logo han salido de mi ser. Pero con toda mi fuerza comunicadora y humorística, adhiero a la propagación del mismo.

Una vez más, el arte del Mago Digital Jesús, el Mesías Negro (Amigo, compañero anarquista, metalero y tantas más...) lo ha hecho. Como buen investigador y comunicador de nuestra sociedad que me considero, me veo en la obligación de publicar su creación.
Dos cosas: ¿Qué dirá El General de esto?
Ya lo veo al inyenieri, con su delgado bigote y la frente en alto entonando las estrofas del himno nacional..... Por ese gran argentino que se supo conquistar a la gran masa del pueblo... combatiendo al capital.....

Comunidad

La página web de la carrera de Ciencias de la Comunicación (UBA, de la que soy estudiante) abrió una nueva sección llamada
Estudiantes de Comunicación en la Web.
Allí pueden encontrarse links a sitios web de los que los cursantes de dicha carrera, somos los autores. Amigotes, colegas y quien suscribe los aguardamos aquí.
Esto me parece perfecto, ya que es otra importante manera de difundir nuestras obras y trabajos.

We want the world and we want it, now
Now? Now!

domingo, 5 de octubre de 2008

Manifiesto del Soñador

Jorge Luis Borges en Las Ruinas Circulares, dice que el empeño de modelar la materia incoherente y vertiginosa de que se componen los sueños es el más arduo que podemos acometer.

Nosotros, cual escultor excitado, le damos forma día a día a esa incoherente y vertiginosa materia. La modelamos con nuestras ganas, nuestro amor, con toda la intensidad que requiere el hacernos a nosotros mismos. Somos un sueño, somos nuestros sueños. Creamos imágenes y melodías, donde lo rígido muere y la armonía es plena. No hay leyes ni reglas externas que nos digan que hacer o donde ir, salvo la de esa llama interior que es nuestra esencia.

Los sueños son nuestra realidad, somos nosotros, creando y viviendo en nuestro propio sistema solar. Una estrella de luz, con diferentes sueños orbitando alrededor: deseos, miedos, amores, dolores.

Existimos soñando y nos conectamos con otros soñadores que nos abren su mundo. Esa unión de sueños, de estrellas orbitando al ritmo del amor, es una de las experiencias más hermosas que nos debemos permitir.

Siempre creí que REAL es un concepto vacío y demasiado estático. En cambio, los SUEÑOS, el vértigo y la incoherencia de la que estamos compuestos; nos permite, modelando, jugando con esa materia, ser absolutamente todo lo que nos propongamos en nuestra vida, en nuestro sueño.


*Mi regalo de Bodas y Amistad para el ahora matrimonio Astro de Colores-Comandante CAM. Manifiesto leído enormemente nervioso frente a muchos desconocidos (habrán notado el temblor de la mano al encender la vela), espero les haya gustado.

jueves, 2 de octubre de 2008

¡Fantasía cumplida!




¡Sabía que algún día iba a ocurrir! El genio marketinero de George Lucas no iba a dejar pasar esta oportunidad. No sólo hizo toda la saga de Star Wars, sino que también se quedó con los derechos del merchandising para que nadie le rompiera las bolas y poder filmar lo que quiera; y ahora la remata con esto último:
Parece que el viejo verde de George está por poner un sexshop de Star Wars, ya que vende el traje de esclava de la Princesa Leia, para que todos podamos hacer realidad nuestra fantasía galáxica. Está nueva línea de productos bautizada Deseos Secretos puede adquirirse a un módico precio aquí.
¿Con que otro fetichismo nos sorprenderá el Tío George? ¿Un vibrador con la forma del sable láser? ¿Un traje de Darth Vader masoquista?
Presiento que este es sólo el comienzo...

miércoles, 1 de octubre de 2008

Electricista ectoplásmica

“Primero hay que saber sufrir

después amar, después partir…”

Naranjo en Flor


“¿Será acaso la poesía más real que la verdad presente?”

Lawrence Durrell en

Clea (El Cuarteto de Alejandría)


A lo largo de mi vida me han visitado desde las más extrañas formas en que la naturaleza puede encarnar, hasta viajeros del tiempo, tanto guerreros como alquimistas errantes que exploran los confines de la existencia. Dichos encuentros han permeado mi sensibilidad y percepción, ampliando el espectro de mi humana esperanza por una existencia mejor. Incluso, cada tanto, un Angel Guardián se hace presente cuando mi corazón se siente tan solitario y triste como el Principito en medio de la humanidad. Con formas que a veces reconozco y otras no, aclara mis pensamientos y estimula mi andar con sus ojos, caricias o un simple batir melodioso de sus alas. Pero la última visita es difícil de categorizar, incluso nunca había fantaseado con un encuentro de tal carga energética.

Todo comenzó en mi departamento que no es mi departamento, pero que en esa dimensión, en ese espacio del tiempo era mi morada. No recuerdo si la instalación eléctrica había saltado o solamente la lámpara del techo del living estaba quemada. De este lado de la frontera, los recuerdos se vuelven confusos, hay quienes sostienen que nuestra misma mente nos los oculta o deforma. La cosa es que estaba sin luz en mi hogar. A pesar de que durante ese momento el sol penetraba como una catarata por el ventanal; siendo un hombre precavido, decidí llamar a un electricista para no quedar al descubierto cuando la noche cayera, y los caza recompensa y súcubos de la Oscuridad salieran a secuestrar sueños. Aunque el atrapa sueños que me obsequió mi viejo Maestro es un fuerte amuleto, también me aconsejó tener siempre aunque sea un alfiler de luz.

Abrí la puerta al escuchar los dos golpes. Ella, la electricista, cargaba un pequeño bolso color café cortado con mucha leche, sin pedir permiso tomó una escalera metálica celeste que había recostada contra la pared, la desplegó debajo de la lámpara y subió a repararla. Junto a ella vino una mujer gorda, de unos 50 años, con rostro alegre y pelo enrulado castaño claro. Ninguna decía nada. La gordinflona estaba parapetada junto al marco de la puerta, mirando fijamente como la joven trabajaba.

Por su parte, ella distaba enormemente de llegar al límite de la mera apariencia de una electricista. El pelo largo y negro lo tenía recogido con una gomita blanca. Llevaba puesta una remera negra de mangas cortas, ajustada a su delgada figura. No pude dejar de apreciar sus piernas de piel tersa, encerradas en una pollera blanca que llegaba hasta sus rodillas. Sin la figura guardaespaldas de la regordeta sobre mí, seguramente hubiera intentado divisar que tamaño tenía la ropa interior y cual su color. Igualmente no pude domar los caballos de mi imaginación y dibujé en el aire, con tinta invisible, sus piernas sudadas, contrayéndose y retrayéndose, taconeando amazónicamente sin ninguna dirección prefijada salvo la de trascender el contacto físico. Un torrente de desahogo nos encontraría al final de la cabalgata, en la pintura, en el aire sin marcos que nos contenía.

Regresé de mi alucinación con el ruido metálico de la escalera cerrándose y la vi, de espaldas, alejándose por la entrada con su bolsito café. “Ella siempre fue así, tan…”, comenzó a decir la señora, describiéndola con la precisa meticulosidad de un cirujano, como si la hubiera criado con sus propias manos. Cuando dijo que era su hija, desconozco que fibra honda como un recuerdo nunca rescatado, tocó en mí que con el instinto nato del cazador salí en su búsqueda.

Habían desaparecido el palier del piso y el hall de entrada del edificio. En ese instante, la puerta de entrada al departamento conectó, sin mediación alguna con la calle. Nada se movía allí. Nadie andaba tampoco. El barrio completo se había desvanecido, llevándose consigo todos los edificios y locales que lo conformaban. En su lugar, imitando un barrio cerrado, cada manzana tenía muros de hasta cuatro metros de altura. Ladrillos grises que se apilaban uno sobre otro, sin derramar cemento y fríos como la hoja de un cuchillo recién sacado del freezer. Las altas paredes encerraban, todas ellas y en cada una de las manzanas, panteones. Pero ninguna cruz o ángel o cualquier otra estatua o símbolo, sobresalían por encima de los paredones. Mientras, la electricista me llevaba dos cuadras de distancia, caminando rígida sin soltar su bolso, con tranco preciso bordeando los distintos cementerios.

En un momento, cuando hice pie en una nueva vereda, un portón se anunció en la esquina. Abierto de par en par, dejaba ver una visión inesperada. En perspectiva, infinitas criptas se acomodaban en forma de abanico. Grises, olvidadas por quienes allí las edificaron. Corroídas por la humedad del tiempo, permanecían como un recordatorio de que nada es para siempre. Lo imprevisto, inimaginado, salvo en el delirio más absoluto que una mente pueda esbozar; es que en cada una de ellas, sobre sus cúpulas redondas, sus techos a dos aguas y demás terminaciones, velas de colores con forma de número se elevaban: 4, 7, 3, 9 y así hasta el infinito. Con la mecha virgen, aguardando a que la Divinidad las encienda de un soplido. Enérgicos, los colores del recambio brillaban vivamente sobre los restos de muerte, de identidades y ropas que alguna vez caminaron por estas tierras.

Dejando atrás la entrada, aumentando mi velocidad, la electricista continuaba llevándome la misma ventaja que al salir del departamento. Súbitamente, sin raíz comprobable recordé su nombre (¿la conocía de algún lugar que no recuerdo, de una vida pasada, cómo se escribe lo que desconozco?) en ese punto mis fuerzas se mezclaron con las ganas, el presente fue ese instante y nada importó de lo anterior y nada asomaba al futuro. Sin embargo, doscientos metros seguían apartándonos, ¡y más, algo más que no se como explicar! Una vez, dos veces y tantas más grité su nombre, pero ella nada. Sin desviarse, como una flecha seguía avanzando.

De pronto mis piernas se volvieron pesadas, incrementando su peso con cada paso. Lo que tantas otras veces me detuvo, nuevamente me atrapó como a un zorro en una trampa metálica. El asfalto engullía mis pies, subía viscoso por mis piernas, pegajoso y humeante, con vida propia reptaba como millones de hormigas hasta petrificarse en mi cintura. Inmovilizado, delante de un puesto de flores verde, —¡Maira, Mayra!—, vacío de claveles, desierto de vendedores y compradores, —¡Maira, Mayra!— con los oxidados tarros de pintura chorreando agua, —¡Maira, Mayra!—; serpenteaba los muros de vereda en vereda, —¡Maira, Mayra!—, llegando a la esquina, —¡Maira, Mayra!—, mi voz eclipsó en llamada sin eco,—¡Maira, Mayra, Mair… May…Ma……