El Taller te invita a trabajar y desarrollar los conocimientos prácticos y teóricos para producir diversos contenidos radiofónicos usando toda tu imaginación y creatividad. Vamos a planificar, producir y “dar aire” a diferentes producciones radiofónicas como: radioteatros, tramas sonoras, enlatados, separadores, entre otros más. Armar con ruidos, diálogos y música una situación, implica primero visualizarla y luego plasmar esas imágenes en sonido. Lo que normalmente se conoce como “la magia de la radio” no es ni más ni menos que el espectáculo auditivo que la misma despliega con extraordinaria vividez, a todo eso y más dedicaremos el Taller.
“Señoras y señores, esto es lo más terrorífico que nunca he presenciado... ¡Espera un minuto! Alguien está avanzando desde el fondo del hoyo. Alguien... o algo. Puedo ver escudriñando desde ese hoyo negro dos discos luminosos... ¿Son ojos? Puede que sean una cara. Puede que sea...”. Orson Welles en La guerra de los mundos el 30 de octubre de 1938 en CBS RADIO
Navegar embarcados en historias imaginadas, creadas, soñadas... Darle vida a escenarios y personajes vistos en la fantasía... Mediante ejercicios y técnicas vamos a trabajar variadas formas de narrar y escribir relatos... Transitaremos con espíritu lúdico el creativo proceso de la escritura, de la visualización de mundos y sus personajes, sus conflictos y emociones... Escribir es viajar, crear, fantasear, la escritura es acción pura partiendo desde la imaginación hasta la hoja en blanco...
“...uno escribe siempre sobre un fondo autobiográfico. Escribe con sus recuerdos, ideas, emociones”. José Saramago
Salvador Pániker escribe en su Aproximación al Origen: "El hombre es un animal enajenado, víctima del simbolismo de su lenguaje. Efectivamente. Más que vivir en la Percepción Pura de la Realidad vivimos prisioneros del simbolismo del lenguaje. Nuestra percepción de la Realidad viene filtrada por las categorías de nuestro mundo simbólico. El hombre no domina el mundo simbólico de su lenguaje, sino que es dominado y condicionado por él. Lo que nosotros llamamos Realidad no es más que lo que las categorías de nuestro lenguaje puede asimilar. Digamos que el carácter relativo del lenguaje primitivo, en su gestación hace miles de años, se ha convertido en carácter absoluto y el hombre actual no sabe percibir más allá de este mundo simbólico absolutizado. Así la cultura se ha formado como proyección social del lenguaje humano y a la inversa se ha convertido en factor determinante en la formación de este mundo simbólico. No obstante, en todas las épocas ha habido hombres que han intuido una Realidad más profunda y más amplia, más allá de los límites del lenguaje y de la cultura. Se les llama sabios, místicos, maestros espirituales, y concretamente en el caso de haiku, aunque parezca paradójico, poetas. El lenguaje es por naturaleza profundamente dualista. Surge de la separación de la cosa real y el símbolo que la designa. De esta manera y de un estado original no dual, el hombre pasa a encontrarse separado de la Realidad, ya que el símbolo se interpone. El lenguaje evoluciona al mismo tiempo que la inteligencia. Comienzan a surgir todo tipo de dualidades derivadas: sujeto-objeto, verdad-mentira, Realidad-Irrealidad, etcétera. El lenguaje se va desarrollando a partir de una serie de dualidades fundamentales hasta llegar al sistema simbólico complejo y autónomo de nuestros días. Pero este proceso iniciado desde el estado pre-simbólico -estado original, no dualista- hasta el mundo simbólico y autónomo del lenguaje actual no fue el mismo en todas las culturas. La cultura occidental -greco-judeo-cristiana- es la que más ha avanzado por este camino, la que ha creado el lenguaje más superestructurado y abstracto y, por lo tanto, la que más se ha alejado del estado pre-simbólico. De hecho la tradición religiosa judeocristiana, columna vertebral de la civilización occidental, se basa principalmente en el lenguaje escrito. La intuición y la presencia del estado presimbólico original es mucho más patente en las culturas orientales. Oriente, al mismo tiempo que desarrollaba el mundo simbólico del lenguaje, era de alguna manera consciente de su artificialidad, de sus límites, de la falacia dualista que representaba, y siempre mantuvo un contacto sano con el estado original pre-simbólico. Por eso, sus lenguas se vieron forzadas y obligadas a ser lo menos concretas y lo más cercanas posibles a la Realidad pre-simbólica. El haiku es una manifestación quintaesencia de esta concepción del lenguaje. Lo más importante en el haiku no es “comunicar un concepto a través de unos símbolos". Sino despertar en su autor la conciencia de la No dualidad primordial. Volviendo a Pániker: "El hombre es un animal víctima de lo simbólico. Eso explica la compulsión a imponer su propio código simbólico. Si esbozáramos una fenomenología de cualquier discusión entre humanos advertiríamos la patológica necesidad que tiene cada parte de imponer su visión simbólica de la realidad... Nada delata tanto la necesidad que tenemos los unos de los otros como nuestras mismas discusiones y querellas. Nos sentimos incomunicados si la otra parte no acepta nuestro sistema simbólico. Somos incapaces de trascender lo simbólico y darnos la mano a un nivel más hondo y real...” Pues bien, en el haiku el autor, especialmente los grandes maestros, no tratan de imponer nada, no quieren comunicarnos su personalidad o su sistema simbólico. Aunque pueda decirse que el haiku es un símbolo de la visión intuitiva de la realidad, creo que es algo más. El hecho de componer un haiku es en sí mismo la visión intuitiva de la Realidad, es la experiencia espiritual por excelencia, es decir, la liberación de los límites del lenguaje, la experiencia del estado pre-simbólico. ¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo puede ser el haiku, cuyo material básico es el lenguaje simbólico, una experiencia del estado original pre-simbólico? ¿Es que este estado pre-simbólico puede ser expresado, atrapado por el lenguaje simbólico? Es verdad que esto es una gran contradicción. La respuesta es simple: Lo más importante en el Haiku no es lo que dice sino lo que no dice. Por eso el haiku no nos comunica nada a nivel simbólico sino que más bien despierta en nosotros una consciencia trans-simbólica, imposible de definir. En el haiku no hay comunicación conceptual, ya que no “pretende comunicarnos un mensaje simbólico" Lo que comunica en el haiku no es lo que se dice sino lo que no se dice. Su comunicación es invisible, inatrapable. Pero la fuerza del haiku no reside solamente en lo que no dice, sino en la intensa relación que mantiene lo dicho con lo no-dicho, lo expresado con lo no-expresado, lo visible con lo invisible. Ambos factores son esenciales. Por eso no creo que la experiencia de la Realidad pre-simbólica sea antes y la composición del Haiku después. La composición del haiku es en sí la experiencia de la Realidad pre-simbólica. Vamos a ver, no caigamos en las trampas de los conceptos. Esta experiencia de la Realidad pre-simbólica la llamamos estado original no-dual, infinito, absoluto, ya que aún no existe ninguna categoría que trace límites. Este estado es la Unidad total y absoluta, lo incluye todo, incluso el mundo simbólico del lenguaje. El problema no radica en el lenguaje. Sabemos que su simbolismo es limitado y dualista. Esa es su naturaleza. Lo absurdo sería querer expresar con este simbolismo la experiencia del estado pre-simbólico. Lo esencial es así la conciencia con la que se utiliza el lenguaje. La conciencia debe ser libre, más allá de los límites del simbolismo. Así podemos utilizar los límites del lenguaje sin caer en ellos, sin que la conciencia sea atrapada por el mundo simbólico. El lenguaje no puede expresar lo que está más allá de sus límites, pero siempre desde una gran libertad de conciencia se puede utilizarlo. La perfección de un haiku radica entonces en su habilidad para comunicarnos lo incomunicable, es decir en su poder de sacarnos del simbolismo del lenguaje y ayudarnos a acceder al estado pre-simbólico. Pero de todas maneras, las traducciones a las lenguas occidentales del haiku japonés dan un reflejo demasiado pálido de su fuerza original. La estructura de las lenguas occidentales está demasiado atomizada en categorías y su simbolismo ha cobrado una personalidad autónoma demasiado fuerte como para despertar en nosotros una experiencia absoluta e integral. El haiku apunta directamente a la esencia pre-simbólica, por eso su forma es generalmente un sintagma nominal, sumamente breve; y si incluye algún verbo, éste aparece desposeído de flexiones temporales y personales. La forma lingüística original del haiku en japonés aún permite expresar la no dualidad entre sujeto y objeto. La experiencia del haiku es total y absoluta, aquí y ahora. No soy "YO" el que se asombra de la belleza de la luna, y después plasmo "mi" asombro en un poema. Eso que llamamos "yo", "asombro", "belleza', "luna': y "plasmación de todo esto en un poema” constituye un todo inseparable, es algo que sucede aquí y ahora; así, por ejemplo, un haiku que literalmente traducido sería:
“Luna llena otoño rodeando lago noche toda”
Al pasarlo a una lengua discursiva, cargada de partículas y de nexos, cuyos sintagmas verbales poseen flexiones de tiempo y persona, quedaría algo así:
“Luna llena de otoño he vagado toda la noche alrededor del lago.”
Con lo cual pierde la evocación de un estado no dual, pierde toda su fuerza, y el poema se convierte así en un discurso que transcurre en un tiempo que va del antes al después. El haiku original escapa de las trampas del lenguaje discursivo y de las categorías. Se instala en la eternidad absoluta del momento presente. Y este absoluto lo incluye todo, incluso el mundo simbólico del lenguaje limitado. Por eso no creo que la composición del haiku sea posterior a la experiencia. El hecho de escribir un haiku forma parte de la experiencia del Despertar de la conciencia a una Realidad pre-simbólica o trans-simbólica –SATORI en el Budismo Zen–. Es simplemente algo que sucede. Esto no significa que componer un buen haiku sea cosa fácil. El lenguaje debe ser trabajado, maleado, depurado, día tras día, haiku tras haiku. A veces el haiku expresa demasiado, cerrando así las puertas "a lo que no se puede expresar". A veces la experiencia pre-simbólica es vivida con tal intensidad que el haiku que intenta "no expresarla” se vuelve oscuro e impenetrable. El lenguaje debe ser templado como una espada y estar siempre preparado. Así, en un momento dado, la experiencia pre-simbólica puede manifestarse a través de la correcta polaridad "expresiva no-expresiva" del haiku. En todo lo dicho se observa una intensa influencia del Budismo Zen. Muchos escritores de haiku siguieron las enseñanzas de Maestros Zen y practicaron la meditación Zen en tanto que experiencia de la Realidad original pre-simbólica. Los Maestros Zen repiten siempre que la experiencia por excelencia es la meditación en postura del Buda, pero que esta experiencia podía ser vivida en cualquier momento y situación de la vida cotidiana, ya sea en la toilette, caminando, comiendo, trabajando y –por qué no– componiendo haiku. Ya que la experiencia de la Objetividad pre-simbólica no está reñida con la subjetividad del código simbólico. Ambos aspectos pueden vivir en completa no-dualidad.
Comenzamos el martes 16 de agosto en el IFA Instituto de Formación Artística de Nicolás Pérez Costa
Las encuentros son los martes de 18 a 19:30 hs. Podés consultar costos e inscribirte al 2058-7713 o por correo electrónico a ifanicolasperezcosta@hotmail.com
El IFA abre sus puertas en el barrio de Villa Crespo a 1 cuadra de Corrientes y 3 del Subte B. También estamos en Facebook
Para la tradición judeo-católica resulta casi herético que algunas culturas celebren hoy el Día de Muertos. A los que fuimos criados en esta tradición nos enseñaron que la muerte es mala, que la muerte duele, casi que la muerte es el peor de los castigos. Así nos alejaron del enfrentamiento con nuestra angustia existencial, esa que desde una visión psiconanalítica implica asumir que tenemos la capacidad innata e infinita de desear, pero que dicha infinita capacidad choca con nuestra finita existencia. Resultado: nunca estaremos completos, siempre desearemos más y más, siempre necesitaremos (o sentiremos que necesitaremos más) y nunca lo alcanzaremos por completo.
De niños y adolescentes la mayoría nos sentimos inmortales, los reyes del mundo. Luego, se muere una mascota y nos encontramos cara a cara con ella, tiempo después se nos va ("se nos va", a nosotros, egoismo puro, no se va él/ella, "se nos va") un ser querido y la cosa se pone más heavy aún. Pasamos nuestra adolescencia, nos convertimos en hombres/mujeres y comenzamos a enfrentarnos con nuestra propia muerte. Algunos comenzamos a asumir nuestra finitud, el miedo, el desconcierto y el dolor que eso nos provoca. Y me quedo con el desconcierto. Con el desconcierto de no saber que carajos hay del otro lado, si hay un otro lado, si hay algo, si esta existencia es todo, si hay algo llamado karma, si hay reencarnación o lo que fuere. Como algo instintivo tememos a lo desconocido y lo que acontece luego del último adios es eso: desconocimiento e incertidumbre. Porque por más que todas las culturas y distintas sociedades que han poblado la Tierra, intentaron dar cuenta de qué es lo que hay luego de la muerte, ninguna lo ha logrado. Lo único que han conseguido ha sido elaborar distintas creencias que no tienen más raíz que la construcción social. Queda así a mi entender, en la subjetividad y sensibilidad de cada uno creer o sentir lo que quiera sentir y creer.
En nuestra construcción social, o por lo menos los que hemos sido criados bajo la égida judeo-católica la muerte aparece como un gran dolor, la pérdida de las pérdidas, la desaparición completa de este mundo. Sin embargo la otra cara de la moneda, es la idea de un paraiso eterno, de un más allá de paz y placer que nos prometen luego de esa desaparaición física. ¿Por qué no vivir esa paz y placer ahora, aquí y ahora en vez de aguardar a llegar a "la otra vida"? Menos mal que morimos, menos mal que dejamos de existir, la sola idea de eternidad en cualquier circunstancia me aterra, hasta esa de la "vida eterna".
La muerte no duele, la muerte no asusta, la muerte no mata. Duele cuando un ser querido se va (quien sabe donde), asusta esa crianza que nos dieron, mata el no enfrentar nuestra angustia existencial y aceptar nuestra finitud, mata nuestra creatividad para existir, y la posibilidad de ser la vida misma.
Nos enseñaron que la muerte es distinta del nacimiento, que es el fin de la vida. ¿Quien sabe si es el fin o el comienzo? nacimiento, muerte y vida son lo mismo. Las distinciones son meras construcciones sociales que internalizamos a lo largo de nuestra existencia. El dolor del alejamiento de un ser querido nunca vamos a dejar de sentirlo, es nuestro, como lo será el de los otros cuando nos toque partir, quien sabe hacia donde....
Hoy 2 de noviembre muchos celebran el Día de Muertos y a muchos les parece una locura. Siempre me gustó la locura, bienvenida sea la locura y la celebración por la vida.
La IIIº edición de 'La Rebvelada de Rebvelados' está al llegar...
Para participar o recibir más info: rebvelados@gmail.com
[NdeR: se recomienda el boca en boca como medio difusor trascendental al momento de difundir, agitar, correr la bola, invitar, chamuyar, entre otros muy efectivos.]
Abel Posse no debe ser Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires
Que sepamos, Abel Posse no redactaba directamente los discursos de los genocidas de las Juntas militares de la dictadura de 1976, aunque no se privó de participar en ella desde oscuros rincones. Sin embargo, parece haberse decidido a redactarlos ahora, treinta y tres años después. La institucionalidad democrática le parece un escenario apropiado para aplicar sus destrezas de escritura a favor del discurso del terrorismo de estado, hasta tal vez mejor que la propia dictadura. Por cierto, lo hace en la época en que tal discurso puede encontrar la oportunidad de sostenerse en el voto de quienes estén dispuestos a apoyarlo. Un gobierno democráticamente electo lo designa Ministro de Educación. Pone bajo su conducción la educación de los niños y jóvenes que en un futuro próximo serán, muchos de ellos, estudiantes universitarios.
Lo que nos parece gravísimo no es su presunto ánimo polémico, que no lo tiene, porque todo en su discurso es apología del terrorismo de estado, denigración de la defensa de los derechos humanos, humillación de los pobres y desamparados, difamación macartista de las izquierdas, del progresismo y de las memorias históricas y políticas. Su discurso conforma una pieza memorable del uso del lenguaje al servicio del mal, la violencia estatal autoritaria, el crimen de estado legitimado por la razón de la fuerza. Es un discurso que convierte a gran parte de la población en enemiga delicuencial y víctima de la ley y el orden proclamados en sus versiones perpetradoras del horror, y por ello mismo adversas a toda norma, a toda convivencia, al menor asomo de una condición colectiva democrática.
Lo que nos parece gravísimo es que un ministro de educación designado se permita formular semejantes nociones y que además pretenda hacerlas pasar por la expresión pública de una labor intelectual.
Lo que nos parece gravísimo es que se presuma, desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que la línea que ha sido atravesada por Abel Posse con sus infamantes y denigratorias palabras de violencia y crimen pueda ser tolerada por quienes profesamos un compromiso con la educación, la convivencia democrática y la apelación a la política como camino para dirimir diferencias y conflictos sociales, en lugar del crimen y la represión. Lo que nos parece gravísimo, entonces, no son sus opiniones -harto conocidas desde siempre-, sino el lugar desde el que se lo habilita para enunciarlas.
Desde nuestro ámbito, como docentes, educadores e investigadores de la Universidad pública, no podemos asistir a semejante acontecimiento sin manifestar nuestro horror y profundo e irreductible repudio ante lo que de ninguna manera constituye una polémica, sino un liso y llano atentado contra la vigencia de los derechos humanos y la democracia.
Llamamos a todas las comunidades educativas y a las fuerzas sociales, políticas y sindicales democráticas al pronunciamiento y la movilización contra el acto de lesa convivencia democrática que implica la designación de Abel Posse como Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
"–Usted se ha pronunciado estos meses sobre los principales asuntos de la actualidad internacional. Ha escrito sobre la crisis económica y la victoria de Barack Obama. ¿Cómo ha cambiado el mundo en este tiempo?
–Hemos asistido a la caída de un capitalismo que parecía omnipotente y para la eternidad, de un mercado supuestamente regulador y distribuidor de beneficios y de democracia. Lo malo es que la izquierda no ha tenido ningún papel en todo esto. En este momento el capitalismo está tratando de salvar los muebles y algo más, y lo va a conseguir. Mientras, la izquierda no hace nada más que digerir su derrota histórica".
No voy a hacer ningún análisis de discurso o ideológico (solamente limitarme a decir que los Kirchneristas no son Peronistas y por ende este Gobierno tampoco, cuando quieran lo discutimos), pero si me interesa saber ¿qué tipo de asociación hay entre Juan D. Perón y las primeras trabajadoras sociales? Vaya uno a saber que se cruzó por la cabeza de los que hackearon la página oficial de la UCR, pero que causa risa, causa risa.....
Aunque un examen más profundo de la situación, nos indicaría el terrible problema de representación que estamos sufriendo. Más data en www.ucr.org.ar
Viernes 27 de febrero 12,30 am, horas previas al final más complicado de la carrera de Comunicación, para conciliar el sueño prendo la tele y aunque no tenga cable mi televisor sintoniza 26 Tv. Ahí está ella, tan diva, tan telegénica, tan botoxeada. Asesinaron a SU (al de ella y de nadie más) decorador. “No tengo palabras. Gustavo era amor, bondad, no conocía la maldad. Por eso le pasó esto”, dijo la conductora en la puerta de su casita en Barrio Parque. Si mal no entiendo, a los que son buenos los asesinan y para sobrevivir en este país debés ser un hijo de puta. Haciéndola corta su reclamo fue “…acá tienen que venir leyes más fuertes y el que mata tiene que morir”. Unos días después se justificó, aclaró y defendió con el siguiente argumento "Yo soy católica, no quiero la pena de muerte, pero tampoco quiero que un sádico tenga un mes de cana porque tiene 18, 15 ó 16 años. Eso no es normal. Para mí, el que mata tiene que morir, pero eso no es la pena de muerte".
Miércoles 4 de marzo, 9,30 am más o menos, leo el diario y encuentro las siguientes declaraciones del cantante de América "Susana actuó como si a mi me hubieran matado a mi hermano. Ella puso los huevos arriba de la mesa. ¿Qué vas a decir? Te pasa con tus hermanos, te pasa con tu hijo. ¿Por qué tenemos que ser hipócritas? Los que matan tienen que morir. Y ojo, yo no estoy a favor de la pena de muerte porque soy cristiano". Surrealista hubiera sido si luego de esos dichos hubiese cantado Dame bala, dame dame bala, dame la bala de Ruckauf, pero dado que su respiración es milagrosa resulta imposible que entone una sola estrofa.
Según la lectura de la Biblia que hace la iglesia Católica Apostólica Romana, hace 2.000 años el Mesías y salvador Jesucristo vino a pagar el precio de todos nuestros pecados (casi igual que una deuda económica arrastrada de otra vida). Aclaro nuevamente, esto según la versión oficial del Vaticano y versión a la que deduzco adhieren la conductora televisiva y el cantor sin aire. Hay muchísimas más lecturas sobre la vida del Cristo y su trabajo en la Tierra que por supuesto, la iglesia Católica no sólo desprecia sino que poco más las trata de luciféricas.
En esta misma Biblia se cuenta como Jesucristo viene a dar por tierra la vengativa ley del Talión, la del ojo por ojo y diente por diente. Desde poner la otra mejilla hasta sentar en tu mesa a quien considerás un enemigo, son sólo algunos de los escudos que utiliza quien para algunos fue el primer socialista o porqué no, comunista. O sea, según la ley escrita que es la Biblia ya sea para el Vaticano o para cualquiera que no sea católico pero profese el Cristianismo, bajo ningún punto de vista se puede matar.
Puedo sentarme a charlar, de hecho me encanta, con alguien de verdadera y pura fe en el Cristo y toda su creencia. Alguien que no sólo hable de que es Cristiano y Dios el Alfa y Omega, sino también que lo sienta, que sea de verdad su fe, que la lleve a cabo en esta existencia material. Después veremos en que sentimientos de esa fe coincidimos o no. Creo que hasta el más descreído tiene cierta búsqueda espiritual y existencial.
Pero no puedo, me resulta imposible y me violenta infernalmente soportar declaraciones asesinas como las de más arriba. Ella "Yo soy católica, no quiero la pena de muerte, pero tampoco quiero que un sádico tenga un mes de cana porque tiene 18, 15 ó 16 años. Eso no es normal. Para mí, el que mata tiene que morir, pero eso no es la pena de muerte". El “…los que matan tienen que morir. Y ojo, yo no estoy a favor de la pena de muerte porque soy cristiano". No creo que estos señores sean Cristianos, no creo que tengan ninguna fe más que la de cuidar su propio culo a costa de quien sea. No creo que crean en el Cristo más que de la boca para afuera y hacer de los ritos (bautismo, comunión, etcétera) una puesta teatral para el espectáculo morboso de la gente.
En síntesis creo que todos los que cultivan de la boca para afuera su idílica fe y creencia en su salvador y Rey de Reyes, pero en su moral y conciencia más práctica desenvuelven algunos de los rollos del Mar Muerto en camino contrario; son meros embusteros y farsantes sin ninguna creencia o fe que la del día a día, la del “sálvese quien pueda mientras yo pueda tener mis comodidades” y obviamente, que no me vengan a tocar el culo porque mando a que los corran a tiros. De hecho, dentro de este fingido espectáculo están quienes asumen que ellos mismos se encargarían de matar a un ladrón o asesino. Lo cual es una locura bárbara, de sólo imaginar que esto se convierta en el Far West (hay lugares donde ocurre ya) me da terror. Pero estos miméticos de Clint Eastwood asumen su homicidio, no como él y ella que quieren la muerte para el que delinque mortalmente pero no la pena de muerte porque son cristianos. Que otro mate (¿el Estado?), ellos no pueden ensuciar su alma porque San Pedro les negaría el ingreso al Heaven´s Nightclub. Para gracia y aprendizaje de uno, están también las personas de verdadera fe, independientemente de su religión o creencia. Si uno coincide o no con ellos es otro debate pero no cultivan una doble moral homicida.
"Hay una categoría de gentes que, si no cree, debe al menos aparentar que cree. Son todos los atormentadores, todos los opresores y todos los explotadores de la humanidad. Sacerdotes, monarcas, hombres de Estado, hombres de guerra, financistas públicos y privados, funcionarios de todas las especies, policías, carceleros y verdugos, monopolizadores, capitalistas, empresarios y propietarios, abogados, economistas, políticos de todos los colores, hasta el último comerciante, todos repetirán al unísono estas palabras de Voltaire: `Si Dios no existiese habría que inventarlo´. Porque, comprendereís, es preciso una religión para el pueblo. Eso es la válvula de seguridad" Mijail Bakunin en Dios y el Estado
"Una película debe defender y comunicar indirectamente la idea de que vivimos en un mundo brutal, hipócrita e injusto... Debe producir tal impresión en el espectador que este, al salir del cine diga que no vivimos en el mejor de los mundos". Luis Buñuel
En el post del 8 de octubre del año pasado me adelanté a esta fraternal unión. Aprovecho para decirles que estamos en plenas negociaciones para venderle los derechos del logotipo a los nefastos comodines de Felipe Solá y Mauricio Macri.
Si adquieres un billete y viajas a otro país, es posible que veas lasmontañas, los palacios y las plazas, los museos, los paisajes y losenclaves históricos. Si te sonríe la fortuna, quizá tengas laoportunidad de conversar con algunos habitantes del lugar. Luegovolverás a casa cargado con un montón de fotografías y de postales.
Pero, si lees una novela, adquieres una entrada a los pasadizos mássecretos de otro país y de otro pueblo. La lectura de una novela esuna invitación a visitar las casas de otras personas y a conocer susestancias más íntimas.
Si no eres más que un turista, quizá tengas ocasión de detenerte enuna calle, observar una vieja casa del barrio antiguo de la ciudad yver a una mujer asomada a la ventana. Luego te darás la vuelta yseguirás tu camino. Pero como lector no sólo observas a la mujer que mira por la ventana, sino que estás con ella, dentro de su habitación, e incluso dentro desu cabeza.
Cuando lees una novela de otro país, se te invita a pasar al salón de otras personas, al cuarto de los niños, al despacho, e incluso aldormitorio. Se te invita a entrar en sus penas secretas, en susalegrías familiares, en sus sueños.
Por eso creo en la literatura como puente entre los pueblos.
Creo que la curiosidad tiene, de hecho, una dimensión moral. Creo que lacapacidad de imaginar al prójimo es un modo de inmunizarse contra elfanatismo. La capacidad de imaginar al prójimo no sólo te convierte enun hombre de negocios más exitoso y en un mejor amante, sino tambiénen una persona más humana.
Parte de la tragedia árabe-judía es la incapacidad de muchos denosotros, judíos y árabes, de imaginarnos unos a otros. De imaginarrealmente los amores, los miedos terribles, la ira, los instintos. Demasiada hostilidad impera entre nosotros y demasiada pocacuriosidad.Los judíos y los árabes tienen algo en común: ambos han sufrido en elpasado bajo la pesada y violenta mano de Europa.
Los árabes han sidovíctimas del imperialismo, del colonialismo, de la explotación y lahumillación.
Los judíos han sido víctimas de persecuciones, discriminación, expulsión y, al final, el asesinato de un tercio delpueblo judío.
Cabría suponer que dos víctimas, y sobre todo dos víctimas de un mismoperseguidor, desarrollarían cierta solidaridad entre ellas. Desgraciadamente las cosas no son así, ni en las novelas ni en la vida real. Por el contrario, algunos de los conflictos más terribles sonaquellos que se producen entre dos víctimas de un mismo perseguidor. Los dos hijos de un progenitor violento no tienen por qué amarse necesariamente. Con frecuencia ven reflejada el uno en el otro laimagen del cruel progenitor.
Exactamente así es la situación entre judíos y árabes en OrienteMedio: mientras los árabes ven en los israelíes a los nuevos cruzados, la nueva reencarnación de la Europa colonialista, muchos israelíes ven en los árabes la nueva personificación de nuestros perseguidores delpasado: los responsables de los pogroms y los nazis. Esta realidad impone a Europa una especial responsabilidad en lasolución del conflicto árabe-israelí: en lugar de alzar un dedoacusador hacia una u otra de las partes, los europeos deberían mostrarafecto y comprensión y prestar ayuda a ambas partes.
Ustedes no tienenpor qué seguir eligiendo entre ser pro-israelíes o pro-palestinos.Deben estar a favor de la paz.
La mujer de la ventana puede ser una mujer palestina de Nablus y puedeser una mujer israelí de Tel Aviv. Si desean ayudar a que haya pazentre las dos mujeres de las dos ventanas, les conviene leer másacerca de ellas. Lean novelas, queridos amigos, aprenderán mucho.
Las cosas irían mejor si también cada una de esas dos mujeres leyeseacerca de la otra, para saber, al menos, qué hace que la mujer de laotra ventana tenga miedo o esté furiosa, y qué le infunde esperanza.
No he venido esta tarde a decirles que leer libros vaya a cambiar elmundo.
Lo que he sugerido es que creo que leer libros es uno de losmejores modos de comprender que, en definitiva, todas las mujeres detodas las ventanas necesitan urgentemente la paz.
Quiero agradecer a los miembros del jurado del premio Príncipe deAsturias que me hayan otorgado este maravilloso Premio. Muchas graciasy mis mejores deseos a todos ustedes.