HOY

Hoy soy
arremangado del dolor
a la vera del sol.
Hoy voy
a tallar paciente
la experiencia del presente.

Hoy soy
esculpido en el pasado
quien con el fantasma
se ha hermanado.

Hoy voy
por mar oscuro
hacia el volcán futuro.
Soy hoy
quien ha de morir.

Queensryche

Ayer me vi el dvd Operation: Mindcrime, a los que les guste el rock progresivo se los recomiendo...

Adios Jaime...

Creo en el poder de la imaginación para rehacer el mundo, liberar la verdad que
hay en nosotros, alejar la noche, trascender la muerte, encantar las autopistas,
congraciarnos con los pájaros y asegurarnos los secretos de los locos.




James Graham Ballard / 18 de noviembre de 1.930 - 19 de abril de 2009 .

¡Oh Batman, Batman....

...quien pudiera portar tu gótica capa!

Los sentidos de la batalla

Mis ojos pelean
a muerte
con mis manos

Soy el campo
de batalla y cementerio
a la vez

Saboreo sangre
en mis omóplatos hendidos
por galopes efímeros

Oigo el acero
cortar iris y dedos
del sádico deseo

Huelo al cuervo
picar los restos
de mis ancestros

Encendido el corazón
atraviesa el esternón
¿adonde estoy?

Pegame en las nalgas de acero

Resulta que Joe Shuster uno de los creadores del boy scout emblema de la DC Comics, a comienzo de los ´50 tuvo problemas de billete y para solucionarlo, no tuvo mejor idea que hacer un comic del kriptoniano enfiestado con cueros y látigos....

Más data en www.secret-identity.net/preview.html
(vean quien se encarga de la introducción)

El Rey confundido

El Rey, que no era el representante de Dios en la Tierra mató a miles para reinar en su país. Y al fin, cuando el trono fue suyo se lo dedicó a la Divinidad. El vino derramado por los muertos en combate nutrió las tierras del reino. En las noches de luna llena, los árboles sueltan alaridos de niebla pidiendo paz. La paz que desbordan los habitantes del reino, la paz por la que tanto blandió su mandoble el monarca.

Sin embargo, nadie le creía al real soberano y menos él, a sí mismo. La desconfianza hacia sus tres hijos, hizo que los enviara a diferentes confines del mundo. El Rey trató de tocar para creer, pero jamás, después de apropiado el reino, traspasó el malecón del castillo. Bardos y bailarinas representaban ante su majestad las vivencias diarias del reino. Su mujer, desde el otro mundo, intentaba acercarse en los sueños pero el Rey, confinado a su búsqueda silenciosa, hacía a un lado las caricias espectrales.

Su piel se deprimía y el corazón lo sentía. Los días pacíficos transcurrían, el pueblo inventaba festividades para divertirse y hallarse en comunidad. Siempre hasta el borde que impedía la creación de nuevos dioses de barro. Mientras, el Rey los observaba, resoplando, añorando el ardor y adrenalina vertiginosa de la batalla.

Una noche el cantar de los lobos se multiplicó en cientos, atrayendo rayos y centellas. La negrura invitó a los muertos a bailar y a los vivos a guardar el secreto de respirar. El Rey, desnudo, contempló el paisaje desde su real recinto. Envuelto en las brumas del sueño se acercó a la Reina. Sus manos se unieron efusivamente y de la misma forma, ella fue desintegrando su mirada. Cuando el Rey sostuvo polvo entre sus dedos, el momento históricamente negado lo venció. Hundido en el miedo vio como los restos de la reina desaparecieron soplados por el viento. Cuando la corriente de aire mutó en un Aleph de luces y formas deformes, el Rey de la cama saltó. Ahogado en latidos veloces atravesó los pasillos del castillo. Encaramado en la batalla y armado con su piel, empuñó el mandoble santo y salió.

El último amanecer lo cobijó y el Rey, con una paloma desangrada en su mano izquierda y el filo en la derecha, de rodillas lloró.

The last Star dinner

Partida

Me voy
montado en un mamut
a Marte buscando
el primer sol verde.
Dicen los Antiguos
que un alambre de agua
lo sostiene
transparente en su ser
oblicuo en su ver.
Tengo el mapa
que me dio
en el sueño de ayer
la Voz de celofán.
Como enfermeras me obsequió
siete hadas
en la boca del Dragón cultivadas.
Su hermana
la Voz de plata
cantó en la despedida
el milagro primaveral.
Quizás no vuelva
quizás no quiera
regresar.