Porque sentimos más
el amor del día a día
que la estirpe sanguínea
Frente a los de andar anestesiado
somos sospechosos
del hermoso pecado
al que vivir bautizamos
Enfrentados al Juez Inerte
elegimos la risa
ante el Angel de la Muerte
En nuestra mesa se sienta
el noble socorrista del hermano
alejado de la sanguijuela
contadora de monedas en el despacho
Vivimos con el dolor
de cantar penas por dos
reunidos en brindis de bravo sabor
Modelamos bailes y poesías
para no ser víctimas
del mal común humano
de arrepentirse por el tiempo pasado
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