“Y, sin embargo, vivo y he descubierto
que tengo amor a la vida”
André Bretón
OBERTURA
En la técnica moderna, uno de los principales conceptos que interviene en el modo de vida es el del progreso. Es conveniente plantear que la modernidad surge al mismo tiempo que la idea de progreso. A partir de los siglos XVII y XVIII, con las revoluciones liberales en Inglaterra, Francia y Estados Unidos y
En este período, en palabras del escritor y filósofo español Eduardo Subirats, no es el arte sino la economía monetaria, las ciencias y la tecnología las que sostienen el proceso histórico como un desarrollo ascendente de acrecentamiento, de acumulación o sea de progreso. Otro concepto válido de este autor es el de Informatización, él lo entiende como una forma superior de racionalización social. Esta racionalización de todos los aspectos de la vida implica marginación social, degradación, censura; lo que termina derivando en la alienación de las personas. Algo que incluye directamente al modo de vida racional en esta técnica moderna, es el matrimonio. Aquí, este se convierte en una institución con el único objetivo de la procreación racional.
El trabajo, asentado por el concepto de “profesión” se vuelve una obligatoriedad que al comienzo parece ser un medio para un fin. Pero al final resulta ser un fin en si mismo, ya que al gastarlo en lo que el ensayista español José Ortega y Gasset llama Sistema de deseos (o sea el hombre), termina convirtiéndose en un círculo vicioso que deriva en que el trabajo es el fin en si mismo. Una de las mejores definiciones para la vida del hombre en la técnica moderna, es la del historiador alemán Sebastián Francks: “Tu crees que has escapado al claustro, pero desde ahora serás un monje durante toda tu vida”. Todo se racionaliza y cuantifica.
Ocurre lo contrario en, por ejemplo, los discursos científicos actuales. Esto se ve en el tipo de construcciones retóricas que utiliza el discurso científico, como por ejemplo la metáfora de la palabra “impacto”. El pensador español Emmánuel Lizcano hace mención a esto, cuando habla de cómo los científicos relatan los “impactos de la ciencia en la sociedad”. Lizcano se explaya en la metáfora en cuestión al decir “Lo que impacta es una cosa, un objeto, no una actividad. (…) En todo impacto hay un agente y un paciente. (…) Por el contrario, el paciente, aquello que sufre el impacto, se caracteriza por su vulnerabilidad”.
Retomando a Heidegger, estas construcciones retóricas son las que debemos modificar en nuestros modos de vida. En esta manera moderna de des-velar al mundo, deserotizamos nuestra relación con las cosas y deterioramos la capacidad producente del lenguaje. Respecto al habla, el sociólogo argentino Christian Ferrer afirma “Hablar no es decir palabras, hablar es dar ritmo y sonoridad, dar matriz, dar contorno”. Tenemos entonces un acceso corporal a las cosas.
Penetra perfectamente en esta instancia, el concepto de soberanía del pensador francés George Bataille. Con todo lo expuesto anteriormente de la técnica moderna y nuestros modos y medios de vida, no resultamos ser en palabras de Bataille, soberanos de nosotros mismos. Ya que subordinamos nuestros deseos presentes al futuro. Sacrificamos nuestros impulsos afectivos a las garantías de un modo estable y coherente, ordenado y homogéneo. Así no sólo que entregamos nuestra soberanía, sino que nos delegamos en “representantes”.
Para Bataille un modo de vida soberano es el que se rebela a obedecer y a mandar. Para él, para poder ser soberano hay que rebelarse al poder de rebelarnos, porque rebelarnos no es poseer un poder o la dominación de un saber. El soberano es el que puede y sabe entregarse a un poder y un saber que no posee. Esto juega con el límite, con la impotencia y la finitud del ser humano. Aceptar nuestra muerte, nuestros límites; no simplemente hacer las cosas porque sabemos que las podemos hacer. El pensador francés concluye su idea diciendo “Siendo la soberanía la búsqueda final del hombre y del pensamiento”.
*Gracias a Pink Floyd por dejarme que les "robe" las imágenes...
4 comentarios:
Horrorosa la imagen de que el estado nos da la libertad. No quiero!
R. Steiner propone una imagen extraña en cuanto a la salud, la que yo extrapolo a la sociedad. Para él vivímos ejercitándonos entre polaridades (ej. epilepsia e histeria, maniacalidad y debilidad mental)el hombre sano conduce su conciencia anímica equilibrando las tendencias, el enfermo no puede hacérlo sin ayuda exterior. Entonces ser sano no significa "no padecer enfermedad" sino mas bien no saber que hacer con ella. Éste pensamiento sirve también para la sociedad; se trata de las tensiónes sociales que hay que equilibrar como vos decís, a la manera de un organísmo viviente. Si no podémos hacerlo entonces necesitamos ayuda de afuera, un líder que no va a dejar de ser subjetivo e injústo porque precisamente tiene los hilos por el nudo sin dejar que las tensiones se equilibren. Es una curita social. Buena la idea del organísmo, a ver si nos damos cuenta de una vez que todo sistema sostenible lo es.
Un abrazo grande!
Un líder, una curita social, un organismo; por nuestro bien y el de los pequeños que van naciendo, hagamos todo lo posible para cambiar las cosas.
Abrazo.-
Hola! Hice un post similar
acá
http://reflexionesactivadas.blogspot.com/2008/05/el-problema-no-es-la-tecnologa-el.html
Muy buenas las imágenes Pink Floyd
saludos!
Gracias por pasar.
Me voy a ver tu blog.
Sdos!!!!
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