viernes, 11 de julio de 2008

Deshidratación

Nunca quiso contar el porque de su tristeza. Quizás ni lo sabía o se inventaba razones, escudándose en el moho de su piel. Solamente se sentó a esperar. No quiso moverse más. Apagó todos sus sentidos.

No comió ni bebió nada más. Lloró hasta que sus ojos se deshicieron en arena. Las lágrimas fueron secando su cuerpo, fue su propio otoño hasta morir en el invierno. Desapareció el viento, desapareció la irrigación, desaparecieron los pigmentos y así hasta desaparecer la tierra.

Pudo ser un árbol, un perro o un grillo.

4 comentarios:

P dijo...

Me encantó este post. Es una lástima que no lo haya leído.

Emiliano dijo...

Contradicciones de la existencia humana.
Sdos.

sonnenheld dijo...

esta si que me gustó. No pierdas los momentos en los que te balanceás al borde de la existencia, queriendo al mismo tiempo existir y dejar de hacérlo. Que garcha, hasta parece que necesitamos estar hechos mierda para sentirnos vivos. Gracias por buscar palabras para esos momentos que se escapan!

Emiliano dijo...

Gracias a vos loco, por tus palabras. Sabes lo que para mí valen.
Abrazo grande.