Sonrió una vez
sin pensar en que fuera un error
un alma entre la ropa
alejada de la orilla
Sin regañar más
inabarcable el viento
inflando todo el pecho
directo al corazón
Su mano pequeña
dentro de una grande
ojos de océano
menton en el hombro
Morder la oreja
ganarle a la realidad
¡viajemos en la cocina!
allí las moscas no se atreven
Volutas de sabor
envuelven nuestras espinas
abandonados a nuestra edad
simple es lo que sentimos
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