A él llegué por el Flaco Spinetta, he leído pocas poesías rescatadas de la web y algunas reseñas biográficas.
El libro en cuestión arranca con un texto matador, voraz y ambicioso. Yo que escribo, reflexiono, imagino, creo, fantaseo; completé mi cuota de esperanza y energía de la jornada. Espero a ustedes les ocurra lo mismo:
rodeados de muertos
y de muerte.
Y si todavía quedan prejuicios
hay que destruirlos
"el deber"
digo bien
EL DEBER
del escritor, del poeta, no es ir a
encerrarse cobardemente en un texto,
un libro, una revista, de los que ya
nunca más saldrá, sino al contrario
salir afuera
para sacudir
para atacar
al espíritu público
si no
¿para qué sirve?
¿Y para qué nació?
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