domingo, 21 de junio de 2009

Prisión



Antaño castigué mi nombre
poesía del ser
crimen pasional
con sangre tapado.

La ley del cuchillo
forjó cadenas de tormenta
prismática voz prohibida
clama rebelión de libertad escondida.

Una ninfa baila
desnuda de ojos y venas
fuera del hotel onírico
Eros debe poseerla.

La noche volcánica
envuelve nuestros cuerpos
vapor y piedra quemada
corroen los cimientos.

Ayer, recubiertos de plata
hoy, de ardiente lava.
En la consciencia del sueño
nuestras fronteras batallan.

Debo matarte
para volver a nacer
tu amor de carcelaria amazona
caerá del pedestal al amanecer.

A ella quiero
la de carne y hueso
la piel real de mi deseo
la que no esclaviza el sueño.


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