martes, 22 de septiembre de 2009

El Océano

En esta vida
horrible de templos
como siempre le creyó
y jugaron a ser
palomas de papel sobre semáforos.

En una anterior se miraron
y le creyó,
fueron tirabuzones nacidos del mar
de hielo en invierno
de rocío en verano.

En esa próxima
con soplidos oníricos hilvanada
le va a creer
y melodías en órbita espacial
van a ser.

"¡Es el agua, el Océano!"

Le creyó,
tonto o enamorado
o las dos tal vez,
por eso es que
al Océano se arrojó.

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