miércoles, 7 de mayo de 2008

ANTICUERPOS

“Timothy miró el último papel

que papá arrojaba al fuego.

Era un mapa del mundo.

el mapa se arrugó y retorció entre las llamas,

y desapareció como una mariposa negra y ardiente”

CRONICAS MARCIANAS – Ray Bradbury


El británico James Lovelock es el científico creador de la teoría llamada GAIA. La misma afirma que el planeta Tierra es un superorganismo que está vivo, o sea es un ser viviente como los humanos, los animales o las plantas. Así como el cuerpo humano y la mayoría de los cuerpos orgánicamente vivos, nuestro planeta en la teoría de Lovelock, tendría la capacidad de auto regular su temperatura y demás condiciones esenciales para mantener un estado de salud equilibrado y sano.

En esta última semana estamos siendo testigos de dos “desastres naturales”, como el ciclón Nargis en Myanmar (país del sudeste asiático) y la erupción del volcán Chaitén al sur de Chile. El primero aniquiló aproximadamente cien mil personas, cifra que seguramente irá aumentando con el correr de los días. El segundo está causando la evacuación del poblado completo de la localidad de Chaitén y además, su torre de humo de unos quince kilómetros de alto se transformó en una nube tóxica, que está cruzando los Andes para instalarse en las ciudades argentinas de Esquel y El Bolsón. Las cenizas del volcán que caen en la tierra, están envenenando el agua de las zonas anteriormente nombradas. En síntesis, se está produciendo un desastre ecológico terrible que conlleva la muerte de animales, plantas y ecosistemas enteros.

¿Y si Lovelock tiene razón? ¿Si la Tierra es un superorganismo vivo y estos “desastres naturales” son los anticuerpos creados para combatir su cáncer, o sea nosotros, los seres humanos? Cuando cualquier persona aumenta su temperatura corporal por encima de los 37,5º centígrados, o sea tiene una simple fiebre, lo que está haciendo es auto defenderse de algunas infecciones. Mediante este natural mecanismo de defensa, el cuerpo humano combate agentes invasores y destructores para estabilizar el organismo. ¿Y si nuestro planeta está “teniendo” fiebre? La cifra de cien mil muertos no significa nada con los poco más de siete mil millones que la habitan.

En los últimos años la población humana ha sufrido terribles ataques por parte del planeta, como el huracán Katrina (2005) en los Estados Unidos y el terremoto submarino del Océano Indico (2004), que provocó el destructor tsunami. ¿Son estos simples “desastres naturales” o la Tierra está combatiendo un cáncer que día a día la consume más y más?

No vale la pena entrar a detallar todos los desastres y males que le provocamos a nuestro planeta, son ampliamente conocidos. Pero, mal que nos pese, en la actualidad para nosotros y para esta provocadora forma de vida en la que estamos organizados, el planeta Tierra no es ni más ni menos que un almacén de stocks de recursos energéticos. Drenamos y drenamos una cantidad enorme de energía, como si esta fuera infinita. Cuales seres cancerígenos, invadimos, desplazamos y destruimos componentes sanos del organismo terráqueo.

Cuidado con las palabras y su retórica de construcción. Hablar de “desastres naturales” es hablar de algo que ocurre naturalmente, como si no hubiera responsable u origen de eso. Prefiero que hablemos de anticuerpos del planeta Tierra combatiendo al cáncer, para erradicarlo de una buena vez y lograr una vida sana y equilibrada. O si queremos evitar ser una enfermedad degenerativa y consumiente, replantémonos profundamente este modo y medio de vida en el que estamos viviendo desde hace poco más de cuatro siglos.

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