lunes, 6 de agosto de 2007

LA FAUNA DEL COSMOS




Por favor, déjenme que me presente. No soy un hombre, una mujer tampoco, digamos que soy un ser (vivo) que viene de otro mundo muy, muy alejado de este planeta. Ando rondando desde hace varios siglos terrestres por aquí. También he andado por lugares que ustedes los humanos, ni se imaginarían. O bueno, si leyeran a Roger Zelazny, Ray Bradbury o Isaac Asimov podrían acercarse mental y visualmente. Es más, sostengo ante mis pares que ellos de alguna forma que aún no logro desentrañar, nos espían. Para luego dedicarnos narraciones enteras sobre nuestra forma de vida y actividades interplanetarias. Pero el motivo de este escrito es otro.

No descubro nada, afirmando que la raza humana es la más peligrosa y dañina del Universo. Por lo menos de lo que conozco de él. Con todo este asunto de que está en constante expansión, incluso para los de nuestra especie con la tecnología que poseemos, se nos hace imposible recorrerlo de forma entera. La violencia con que los humanos se expresan o el sufrimiento innecesario que le causan a la Tierra, motivados por una incesante y adictiva búsqueda de poder; es una simple muestra de su destructivo accionar. Quiero aclararles que vuestra especie no es por naturaleza así. Por una inexplicable razón, que los principales investigadores galáxicos (grupo constituido por intelectuales y científicos de todas las razas que conforman el cosmos) aún no logran descifrar; la raza humana involuciona a medida que transcurren las órbitas, en vez de evolucionar. O sea, tecnológica y científicamente los avances son bastante marcados. Pero, poniéndolo en cifras (algo de lo que tanto ustedes disfrutan), los estudios que venimos realizando desde el comienzo de la humanidad, demuestran que el 95 por ciento de la población terráquea tardíamente se entera de esos avances y recién varios años después (que en la mayoría de los casos directamente no ocurre) logra hacer uso de ellos. Hecha mi pequeña protesta para con ustedes, quisiera ir al quid de este informe.

El Universo, como expuse en líneas anteriores se encuentra en constante expansión y por lo tanto, afirmo desde mi humilde (pero no por eso desechable) conocimiento que es infinito. Así cómo estudio a seres racionales y emocionales como los humanos, además de otras especies similares que habitan en distintos sistemas espaciales, también le dedico tiempo de mi trabajo investigativo a la fauna y flora que hay en los diferentes planetas. En párrafos de más abajo podrán conocer dos ejemplos de fauna, a la que estoy aludiendo. Uno pertenece a los mamíferos y el otro es un molusco. En próximos informes detallaré sobre otras especies y prometo fervientemente, traer ejemplos de la inaudita flora que habita más allá de vuestra atmósfera.

EL PERROCIADOR:

En pocas ocasiones existe una relación tan intima entre un animal y el hábitat en que vive, como en el caso del Perrociador. Habitante permanente de lagunas y arroyos, no solo tiene su madriguera en sus riberas y vive constantemente en las cercanías de sus aguas, sino que solo allí puede encontrar el alimento para vivir.

El Perrociador es un mamífero salvaje, de la familia de los cánidos. A diferencia del perro común y silvestre, el cual es un animal domestico, el Perrociador nunca pudo ser adaptado a este medio.

Etimológicamente la palabra Perrociador deriva del venusino DOGUISPASTIK, que significa REGADOR DE PASTIZALES. Este mamífero habita en la Mesopotamia norte de Venus, en la zona lindera entre las provincias de Bolusional y Sonaplan. Se alimenta de pequeños peces y los pastizales que crecen en la costa de lagunas y arroyos.

El Perrociador vive en manada. Las cuales salen de noche a conseguir el alimento.

Su aspecto es algo extraordinario. Mide entre 1’00 y 1’50 metros de longitud desde el hocico al extremo de su cola y tiene 55 centímetros de alto. En la punta de su cola posee un rociador. Este instrumento sirve para rociar y así, humedecer los pastizales elegidos para la ingesta del animal. El Perrociador bebe grandes cantidades de agua, que almacena en una giba que posee en la parte superior del cuerpo. La cual esta formada por grasa acumulada, reserva que le permite abastecer al dispositivo que este cánido posee.

Este curioso animal se reúne en mandas de 25 a 30 individuos, guiados por un macho adulto que los conduce y vigila ante la presencia de cualquier peligro.

Tiene una sola cría al año y las madres cuidan de sus hijos hasta que alcanzan la mitad de su desarrollo. Llegado este momento el joven Perrociador abandona a sus padres y se incorpora a otros grupos formados por integrantes de su misma edad.

A los 10 o 12 años, se convierte en un animal adulto, capaz de formar una nueva familia. Este cánido es un amante de la libertad; por esto si se le captura, le resulta muy difícil acostumbrarse a las rejas de un parque zoológico, y raras veces sobrevive, aun cuando se le prodiguen toda clase de cuidados.

Este mamífero tiene un promedio de vida que va de los 35 a los 40 años.



EL CARACOLMENA:

En Plutón la mayoría de los animales y plantas encontrados en estado fósil, no existen actualmente; quedan algunos, que han cambiado mucho de forma, y son muy pocos los que han permanecido invariables a través de los siglos y conservado las mismas costumbres de forma y vida. Entre estos últimos está el Caracolmena. Como en aquellas lejanas épocas, pueblan el noveno planeta del Sistema Solar y se alimentan de insectos y miel.

El Caracolmena es un molusco gasterodópodo pulmonar, provisto de una colmena univalva, capaz de alojar todo el cuerpo del animal. La colmena de este molusco es una especie de caja, que a la vez de albergarlo, sirve de habitación a un enjambre de abejas.

La colmena es la parte más característica del KARAKULMETUS, tal cual es su nombre científico. Este aditamento es lo que más ha llamado la atención de los investigadores del cosmos; esta es blanda, de forma generalmente piramidal y la segrega el manto, especie de tejido que envuelve a los moluscos.

Las abejas que habitan en la colmena mantienen una relación simbiótica con el molusco. Estas, con el polen que extraen de las flores producen miel y jalea real, las cuales sirven como alimento al animal que transporta la colmena. En la fauna plutoniana, este es el único caso en donde dos especies conviven en una sola.

El cuerpo, blando y sin segmentos del molusco, se encuentra en la parte inferior de la colmena, protegido por ella. La cabeza, muy curiosa, esta rematada por un apéndice a modo de cuerno. Debajo de esta protuberancia se ubican los 2 pares de ojos, siendo seguidos por un pequeño hoyo que tiene como instrumento nasal. Finalizando debajo de este con su boca. Característicos son los 50 pies que se ubican en su parte inferior, los cuales son tan diminutos que sólo pueden ser vistos a través de un microscopio atómico.

A diferencia de otros moluscos gasteropodos, para este la sequedad es imprescindible para vivir; por esta razón en los periodos húmedos se encierra en su colmena, cuya entrada tapa con jalea real que, al ponerse en contacto con el aire se solidifica. El Caracolmena solo puede vivir en terrenos calizos, ya que de otro modo no podría formar su colmena, constituida principalmente de carbonato cálcico.

Este molusco antes de morir, se desprende de su colmena y hace un pequeño agujero en el suelo. En el deposita sus huevos y perece a los pocos minutos de haber desovado. Al mes, de cada huevo sale una cría, con una cubierta muy fina que se va desarrollando y endureciendo hasta convertirse en un recia colmena. Al poco tiempo de haberse formado, comienza a recibir la visita de abejas, que gradualmente la van convirtiendo en su residencia definitiva. Las abejas dejan la pequeña pirámide cuando esta se desprende totalmente del cuerpo del molusco, al final de la de vida de este último.



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