domingo, 22 de julio de 2012

Fausto


No era una rata
tampoco una sirena
quizás un centauro o súcubo,
no recuerdo,
las orillas son borrosas
y nadie tomó nota.

Recuerdo sí
dientes y pezuñas 
su piel de piano
su magia hipnótica
ofreciéndome agua a cambio
de mis ojos.

Recuerdo también
convencerme a mí mismo
de aceptar mi propuesta.

1 comentario:

Emiliano dijo...

Buenas, gracias por pasarse, me voy a Plumas y espadas a ver qué onda, fraternal abrazo.