Entre el cielo y la tierra
una sábana blancuzca casi espectral
tenue y finamente transparente,
más arriba trepa
más fulgurantes siente las estrellas.
Unos árboles horizontales nadan
atentos los gatos miran
como se hunden en el bosque.
Que un pez fresco arribaría
el rumor les llegó,
entre ronroneos y desconfianza
aguardan su venida.
Unos metros a la izquierda
un viejo sendero de pedruzcos y arena
conduce a un quincho iluminado,
aún nadie regresó del funeral
sin embargo el perro
desoyendo aullidos que el viento masifica
aguarda junto al fuego crepitar.
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