Tengo sed
y el living está
inundado de arena.
Tal vez un camello metalizado
me lleve a rosados párpados,
el problema es
que ya no creo
en el vil metal
(ni en el amor a primera vista).
Riego con nombres
los médanos de algodón,
crecen así
mudas y por la noche
fantasmagóricas enredaderas
(¡sádicas conquistadoras!)
estrangulando mis arterias.
Tragedia...
Mentiras en la imaginación,
ticket de viaje
para el dolor.
2 comentarios:
Estaba leyendo tu blog, y dije tengo que firmar. Me gustó. Un abrazo.
¡Gracias!
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