miércoles, 31 de diciembre de 2008

Ouroboros


Orbitando la existencia
dios devorador de corazones
dios creador de ilusiones
no existe la eterna permanencia
aire y tierra uniendo
fuego y agua fundiendo
purificado el guerrero
desarma el tiempo
alquimia del cielo e infierno
muerto queda lo recorrido
montaña del nuevo inicio
es la Eternidad abriéndose camino

martes, 30 de diciembre de 2008

Infierno



"Kublai Kan: -Todo es inútil si el último fondeadero no puede ser sino la entrada infernal, y allí en el fondo es donde, en una espiral cada vez más estrecha, nos sorbe la corriente.
Y Polo: -El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio".

Las ciudades invisibles de Italo Calvino

lunes, 29 de diciembre de 2008

Las aventuras de Mad Marx

Annie Leonard es una periodista estadounidense que hizo un corto documental de 20 minutos en el que no dice nada nuevo, pero lo dice en un idioma tan simple que hasta un mandril en estado de coma cerebral lo entiende. Algunos dirán que es una hippie idealista con aires de caricatura naif, pero la verdad es que vale la pena ver el corto.
Algunas de los temas planteados aquí los analicé en un viejo post, quizás aún estemos a tiempo de evitar el apocalíptico y desierto rutero que Mad Max nos mostró en los ochenta. Hay quienes afirman que una de las características de la inteligencia, es la capacidad de esbozar algo de lo que en el futuro pueda ocurrir. A lo mejor algo de razón tenía Carlitos Marx, al demostrar como este sistema de vida nos consume y metastatiza al igual que un cáncer.





sábado, 27 de diciembre de 2008

Uno a uno


Y ahora que redescubriste
al mismo culpable de siempre
¿tenés alguna idea del amor?

Marcha nuestro reloj
a su funeral por el rio
como todo viejo cuento
desenlace, nudo y comienzo

El amar más allá de la carne
es el bote con el que navego
por este lado del Universo

Acaso nuestra figura
tenga poco aire de compasión
más a los que broten de mi sangre
les delegó un espartano corazón

Se me quiebra la voz
tal vez en una historieta
la aventura vaya mejor

No soy revolucionario
salvo de mi propio ser humano
inerte como a un muro
te siento, oigo y veo

Uno a uno fuimos
tallando y adobando el panteón
el útimo que incinere el cajón

martes, 23 de diciembre de 2008

"Poeta, es decir, Revolucionario"

"Si se busca el significado original de la poesía, hoy disimulada bajo los mil oropeles de la sociedad, se constata que ella es el verdadero aliento del hombre, la fuente de todo conocimiento y ese conocimiento en su aspecto más inmaculado. En ella se condensa toda la vida espiritual de la humanidad desde que comenzó a tomar conciencia de su naturaleza; en ella palpitan ahora sus más elevadas creaciones y, tierra siempre fecunda, conserva perpetuamente en reserva los cristales incoloros y las cosechas de mañana. Divinidad tutelar de mil caras, aquí denominada amor, la libertad, en otras partes la ciencia. Ella permanece omnipotente, hierve en la narrativa mítica de los esquimales, hace eclosión en la carta de amor, ametralla al pelotón de ejecución que fusila al obrero exhalando un último suspiro de revolución social, y por ende de la libertad, chispea en el descubrimiento científico, palidece hasta en las más estúpidas producciones que la invocan y su recuerdo, elogio al que le agradaría ser fúnebre, traspasa inlcuso las palabras momificadas del cura, su asesino, a quien el fiel escucha, buscándola, ciego y sordo, en el túmulo del dogma en el que ella no es más que su polvo falaz.
Sus innumerables detractores, verdaderos y falsos curas, más hipócritas que los sacerdotes de todas las iglesias, falsos testimonios de todos los tiempos, la acusan de ser un medio de evasión, de fuga frente a la realidad, como si ella no fuese la realidad misma, su esencia y su exaltación. Sin embargo, incapaces de concebir la realidad en su conjunto y sus complejas relaciones, sólo quieren verla bajo su aspecto más inmediato y más sórdido. Sólo perciben el adulterio sin experimentar nunca el amor, el avión de bombardeo sin acordarse de Icaro, la novela de aventuras sin comprender la aspiración poética permanente, elemental y profunda, que ella tiene la vana ambición de satisfacer. Desprecian el sueño en provecho de su realidad como si el sueño no fuese uno de sus aspectos, y el más emocionante; exaltan la acción en detrimento de la meditación como si la primera sin la segunda no fuese un deporte tan insignificante como todo deporte. Antaño, ellos oponían el espíritu a la materia, su dios al hombre; hoy, defienden la materia contra el espíritu. De hecho, es la intuición contra lo que se lanzan, en provecho de la razón, sin que recuerden de dónde brota esa razón.
Los enemigos de la poesía tuvieron siempre la obsesión de someteterla a sus fines inmediatos, aplastarla bajo su dios o, ahora, encadenarla a la nobleza de la nueva divinidad negra o roja -roja oscura de sangre seca- todavía más sangrienta que la antigua. Para ellos, la vida y la cultura se resumen en útil e inútil, dándose por sobreentendido que lo útil asume la forma de un pico manipulado en su beneficio. Para ellos, la poesía es el lujo del rico, aristócrata o banquero, y si ella quisiera tornarse "útil" a la masa debe resignarse al destino de las artes "aplicadas", "decorativas", "domésticas", etcétera.
Instintivamente sienten, con todo, que ella es el punto de apoyo exigido por Arquímedes, y temen que, una vez levantado, el mundo vuelva a caer sobre sus cabezas. De allí resulta la ambición de rebajarla, retirarle toda eficacia, todo valor de exaltación para darle el papel hipócritamente consolador de una hermana de la caridad.
Pero el poeta no debe alimentar en los otros una ilusoria esperanza humana o celeste, ni desarmar los espíritus insulflándoles una confianza sin límite en un padre o en un jefe con el cual toda crítica se torna sacrílega. Muy por el contrario, a él le cabe pronunciar las palabras siempre sacrílegas y las blasfemias permanentes. El poeta debe, más que
ninguna otra cosa, tomar conciencia de su naturaleza y de su lugar en el mundo. Inventor para el cual el descubrimiento no es sino el medio de alcanzar un nuevo descubrimiento, debe combatir sin tregua a los dioses paralizantes encarnizados en mantener al hombre en su servidumbre con respecto a las fuerzas sociales y a la divinidad que se complementan mutuamente. Él será, sin
embargo, revolucionario, pero no de aquellos que se oponen al tirano de hoy, nefasto a sus ojos porque perjudica sus intereses, para vanagloriar la excelencia del opresor de mañana del que ya se constituirán en servidores. No, el poeta lucha contra toda opresión: la del hombre por el hombre, inicialmente, y la opresión de su pensamiento por los dogmas religiosos, filosóficos o sociales. Él combate para que el hombre alcance un conocimiento siempre perfectible de sí mismo y del universo. De eso no se deriva que desee colocar a la poesía al servicio de una acción política, incluso revolucionaria. No obstante, su cualidad de poeta hace de él un revolucionario que debe combatir en todos los terrenos: el de la poesía por los medios propios de ésta y en el terreno de la acción social, sin confundir nunca los dos campos de acción sopena de establecer la confusión que se trata de disipar y, por lo tanto, a dejar de ser poeta, esto es, revolucionario".

Fragmento de La deshonra de los poetas por Benjamin Péret, publicado en Le Libertaire, periódico francés de la Federación Anarquista el 14 de diciembre de 1951


lunes, 22 de diciembre de 2008

Sola por la medianera

Al amanecer vas
regresando a la estación de tren
quebrando agujas en tu sien

¿Acaso tanto le cuesta
a tu ser admitir
que te morís porque te amen?

(¡No esperes nada de la misma cantinela Nena!)

Abandonada de niña por el Rey de la manada
jamás te desnudaste con un hombre
que sincero te deseara

Estallas en furia omnipotente
fragmentada aterrizas en cualquier pedestal
al dejarte el semental
nadie oye tus ganas de enamorar

¡No te ahogues!
es inútil no remar
estancada te diluís al pensar

(¡Rehuyo a tu poder Nena!)

No mendigues tu naturaleza
llevas alas hermosas
para andar sola por la medianera

Veo pulverizar tu rostro
al recibir el adiós
cuando tu amor mi nombre confiesa

domingo, 21 de diciembre de 2008

Al atardecer

Al atardecer
calma la sangre
el fuego reposa despacio
sobre el horizonte hasta desaparecer
quizás mañana al dar la vuelta
nos encontremos saltando en otra terraza

¿Adónde viaja el Sol
cuando nadie lo ve?
¿Volverá igual que siempre
o la sal de los mares
lo endurecera robándole su ternura?

Cuando vuela sobre tu cuerpo horizontal
los colores ocultan las estrellas
nadie pregunta por ellas
y la noche eterna parece tan lejana
quizás su encanto sea la nada

Las nubes entre rayos viajan
del río se alejan trayendo la tormenta
no es la huida su enseñanza
para cuando el ocaso las sensaciones apaga
sólo las formas en las que el agua cambia

¡¿Acaso sabe alguien
de un Plan Maestro?¡
o sólo es cuestión de fe
para no tentarnos con la nada
y entre el dolor y la nada
elijo el dolor

domingo, 14 de diciembre de 2008

El Rey Lagarto


En el tiempo en que los relojes comenzaron a derretirse y la tiranía cronometrada fue pulverizada, él era humano. Los combates iban y venían por todo el país. Sin embargo para que el conjuro final funcionara, el pueblo debía hacer un sacrificio.

Había quienes creían que las ofrendas humanas a la reina naturaleza ya no servían, pero los hechiceros, conocedores de antaño de las transmutaciones de energía y los secretos de la Madre Tierra, sabían que todavía los humanos le debían demasiado como para no entregarle a algunos de su especie y recomponer lentamente los animales injustificablemente exterminados.

Así fue como uno que no quiso decir su nombre ni de donde venía, se ofreció al ritual. Incontables mariposas batieron sus alas al unísono con la misma fuerza que un volcán erupciona. Durante los días siguientes el altar de piedra fue laboriosamente preparado por los habitantes del lugar. Cada uno de ellos, en fraternidad y comunión fue colaborando con lo que pudo. Algunos simplemente colocaban una piedra encima de la otra, otros las limaban para dejarlas suaves como el agua de un lago y los más creyentes se hincaban, rezando al Sol y agradeciéndole por el oxígeno que el planeta emanaba.

El sacrificio iba a ser el final de un carnaval que duraría una semana. Bailes, comida, música, saltimbanquis, bebida, acróbatas y hasta encantadores de serpientes fueron las luces que iluminaron el festejo. Al estar por concluir los siete días de perdón y preparándose para el renacimiento que sobrevenía, todos iban acampando a pocos metros del altar de piedra. Cuando faltaba poco menos de media hora para las doce de la noche, una joven subió al altar vestida solamente con una túnica roja. Inmediatamente él la siguió con otra túnica pero de color negro.

El baile comenzó con ellos imitando a dos guerreros midiendo fuerza y distancia. Cuando las estocadas hicieron lo suyo desgarrando por completo las túnicas, las caricias y melodías resbalaron sobre sus cuerpos desnudos. La fricción y el sudor se desenvolvieron como salvajes tigres, uniendo los cuerpos en multiforme frenesí. Cuando la copulación erupcionó la lluvia calmó el fuego y una nueva vida fue dada a luz. Su piel se tornó escamosa y del color del pasto más fulgurante que de la Tierra brotó. La sangre se volvió tan helada como el hielo de los ya derretidos polos. Sus pies y manos transformáronse en patas permitiéndole internarse rápidamente en la selva, a medida que el público se abría a su paso.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Del dolor y el alma

El guerrero no detiene su marcha
con miedo hacia la batalla avanza
su cuerpo amortiguador de estocadas
guarece el alma en fuego sagrado templada

Gusanos infectan las horas
duele la materia encarnizadamente
más lo no visto es perseverante
agradece a la luz del encuentro ardiente

Cuerpo del guerrero
escudo del alma
aunque aulle tortura en prisión
el espíritu nunca elegirá dimisión

La modernidad anestesia al héroe
envenenando con el consumo de los dioses
el cuerpo ya no cuida del alma
Excalibur clavada en números aguarda

El guerrero pertrechado para su camino
revivir al interaccionar con el dolor
aunque sucumba ante el patíbulo
es el del alma su destino

lunes, 8 de diciembre de 2008

¡Mi camisa hawaiana dentro un tupper!



Uno no es materialista pero ama las cosas materiales con locura. Contradicciones sagradas del ser humano. El otro día discutía eso con una amiga y aunque no se le dije de frente, le doy la derecha. Quiero mis cosas materiales. Sea porque me costaron dinero (¡maldito dinero!), sea porque representan un “valor sentimental” o por cualquier otra mentira que el fetichismo me haga creer. Lo repito para que no queden dudas: ¡Amo a mis cosas materiales!

El tema es que yo venía tranquilo, luego de cenar en la casa de mi madre, había cocinado unas naturales y deliciosas berenjenas al horno, la cerveza hizo lo suyo alivianando mis neuronas; cuando de pronto dos figuras un poco más grandes que yo me interceptaron en la esquina de mi hogar.

Palabras más palabras menos, luego de preguntarme por la “hora” me pidieron de manera no muy amable un peso para el bondi, para luego devenir en la obligación de aportarles dinero (otra vez, maldito dinero) para tomar una “chicha fresca”. Les fui totalmente sincero; había salido sin la billetera y tampoco llevaba el celular, todo lo que tenía encima era una planta que me regaló mi vieja y un tupper que mi hermano se llevó de casa, con mi camisa hawaiana favorita dentro.

Los jóvenes me pidieron que les diera todo; ese “todo” me asustó en demasía porque no sabía el concepto de totalidad que ellos tenían. Intenté persuadirlos de que me sacaran lo poco que llevaba, argumentando que soy pro comunista, pro anarquista, pro derechos humanos y toda otra construcción ideológica que me situara de su lado y ubicara en la esquina contraria al sistema capitalista en el que vivimos. Pero esta demostración de mis ideales políticos y sociales, les chupo realmente un huevo y los muchachos en cuestión, que dicho sea de paso no se si tendrían entrenamiento pugilístico, pero sus puños sabían con certeza que hacer, asestaron sendos golpes al son del clásico uno-dos monzoniano en la boca de mi estómago.

Caí a la vereda y me acomodé en la misma forma que un feto se esconde en una ecografía, al instante una patada impactó en mi espalda acompañada de una apreciación hacia la vagina de la hermana que no tengo. Luego de eso, el tupper con mi camisa me fue arrebatado impunemente y los dos individuos salieron corriendo. A todo esto, la planta con su maceta sana y salva yacía a mis pies. Así es, que debo reconocer que me duele más haber perdido mi camisa hawaiana favorita (puro material, puro algodón, pura mercancía), que los golpes de boxeo que me suministraron estos merodeadores nocturnos. Lo que hace que me pregunte fervientemente ¿habrán estudiado estos muchachos el fetichismo de Marx?

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viernes, 5 de diciembre de 2008

Una historia sencilla



“La mañana me encuentra

sospechando en el aire…

(aire de cromo)”

Luis Alberto Spinetta



A las personas les gustan las historias complicadas, independientemente de la civilización o época a la que pertenezcan. Esto está comprobado desde que Aristóteles hizo un análisis y estudio sobre la tragedia griega, hasta nuestros días. Pero esta es una historia sencilla, que pudo o puede ocurrirte a vos, a tu abuelo o a tu amante (y si le pasa a tu amante, solamente te la contará a vos).

Dormía yo placidamente, tan pacífica y profundamente que del sueño que estaba teniendo, sólo recuerdo que el Che Guevara (o Benicio del Toro, tanto parecido me confunden) vestido con su uniforme color verde oliva y la marketinera boina negra, estaba parado en silencio, mirándome, casi como juzgándome, entre la tele y mi cama. En eso, su imagen desapareció cuando abrí mis ojos. Con desgano, presionado por la vejiga totalmente llena me levanté y fui al baño.

Al vivir hace ya 20 años en departamento, se me pegó una costumbre que algunos tildan de policiaca y otros argumentan que se debe a la frustración que arrastro, por no haberme convertido nunca en el Caballero de la Noche. Decía, esta costumbre es la de salir al balcón en medio de la madrugada, luego de haber orinado. Lo hacía cuando vivía con mi familia y lo sigo haciendo ahora que estoy solo.

Sobre la avenida Forest (ahí vivo, por lo menos hasta el día de hoy), la paz que se respira entre las dos y pico de la mañana y las cuatro y media, es relajante y energizante. Sobre todo en esta época de finales de la primavera en que los mullidos árboles que están en mi vereda y la de enfrente, desprenden sus florcitas amarillas. Los pétalos esparcidos por la calle forman unos senderos paralelos a las veredas, que parecen conducir a la tierra de Oz. Es tan impactante el amarillo cubriendo la superficie, que casi podría decir que olvido estar en medio de la ciudad. Más hermoso aún es cuando algo de viento sopla y las flores viajan por el aire, al igual que una alfombra mágica del medio oriente. Pero toda esta armonía, toda mi paz zen fue rota, desarmada delictivamente. Más que delictivamente, monstruosamente, de manera tan maquiavélica que cuando lo recuerdo, la furia me vuelve y tengo ganas de agarrar un Raid tamaño industrial y…..

Bueno, decía, estaba admirando la soledad de los semáforos, escuchando el silencio que durante el día el tráfico se apodera, cuando un cronometrado y mecanizado sonido penetró mis oídos y escarbó en mi cerebro. Eran las ruedas de mi bicicleta; las cámaras que junto a las cubiertas estaban siendo masticadas por, no una, sino ¡dos hormigas gigantes! Sí, dos insectos de la familia de los himenópteros pero de un súper tamaño.

Cada uno de estos invertebrados tenía una altura de 50 centímetros (con sus antenas seguro hacían 10 centímetros más) y un largo de un metro y monedas. Debo, si, reconocer que en ningún momento presentaron alguna actitud hostil hacia mi persona. Pero, repito, estaban comiéndose las ruedas de mi bicicleta. Ni siquiera puedo afirmar que las dejaron destrozadas, porque directamente no dejaron nada de las cubiertas ni de las cámaras. Solamente quedaron las llantas limpitas y radiantes como los ojos de un gato a la medianoche.

Al parecer no eran simples hormigas obreras, puesto que cuando finalizaron con su banquete, desplegaron sus alas y montaron el aire desapareciendo en dirección al cementerio. Cuando le comenté este suceso a un amigo, me quedé más tranquilo, ya que me respondió que a él también se le aparecieron ejemplares de estos insectos en su casa. Con la diferencia que a él y su señora, les prepararon el desayuno. Así es, cuando ellos se levantaron, dispuestos a ir a su atosigante empleo, las hormigas gigantes (mi amigo me dijo también, que los bichos tenían más o menos, las mismas dimensiones que los que inutilizaron temporalmente mi bicicleta) estaban parapetadas junto a la mesa de la cocina, con toda clase de manjares para comenzar de buena forma el día. ¿Será que hay una invasión de estos insectos? La verdad es que no lo sé, lo único que me importa es que ahora se agregó otro gasto a mi ajustado presupuesto mensual.

jueves, 4 de diciembre de 2008

OXIMORON 24 horas al día

¿Te perdiste la emisión de Oximoron del sábado a las 20 por Radio Atómika? Sé que eso te pone mal y te desalienta, a mí me pasaría lo mismo.
¡Pero a no preocuparse! Gracias a la fantabulosa magia de la internet.....¡AHORA PODES SENTIRNOS 24 HORAS AL DIA ININTERRUMPIDAMENTE TODAS LAS VECES QUE QUIERAS!
Solamente tenés que clikear acá


martes, 2 de diciembre de 2008

Lejísimo II

A la Música no puedo mentirle
conoce mis agujeros
cada oscuridad al tacto imperceptible
incluso el volcán más alegre

En las noches de arte culinario
me visita derrumbando paredes
los vecinos gritan más bajo
y ella es mi barrilete

Cuando hallás a quien
nada esconderle
el miedo al amor amanece
así lo incierto enaltece

Las melodías sirven el vino
con la piel libre de vértebras
el ritmo en danza corporiza
hasta el más duro abdica

A la Música no quiero mentirle
no me interesa un origen
lleve la máscara que lleve
sólo quiero su presente

Fraternidad y autoridad


"Pero aun rechazando la autoridad absoluta, universal e infalible de los hombres de ciencia, nos inclinamos voluntariamente ante la autoridad respetable, pero relativa, muy pasajera, muy restringida, de los representantes de las ciencias especiales, no exigiendo nada mejor que consultarlos en cada caso, y muy reconocidos por las indicaciones preciosas que quieran darnos, a condición de que ellos quieran recibirlas de nosotros sobre cosas y en ocasiones en que somos más sabios que ellos; y en general, no pedimos nada mejor que ver a los hombres dotados de un gran saber, de una gran experiencia, de un gran espíritu y de un gran corazón sobre todo, ejercer sobre nosotros una influencia natural y legítima, libremente aceptada, y nunca impuesta en nombre de alguna autoridad oficial cualquiera que sea, terrestre o celeste. Aceptamos todas las autoridades naturales, y todas las influencias de hecho, ninguna de derecho; porque toda autoridad o influencia de derecho, y como tal oficialmente impuesta, al convertirse pronto en una opresión y en una mentira, nos impondría infaliblemente, como creo haberlo demostrado suficientemente, la esclavitud y el absurdo.
En una palabra, rechazamos toda legislación, toda autoridad y toda influencia privilegiadas, patentadas, oficiales y legales, aunque salgan del sufragio universal, convencidos de que no podrán actuar sino en provecho de una minoría dominadora y explotadora, contra los intereses de la inmensa mayoría sometida.
He aquí en qué sentido somos realmente anarquistas".

Dios y el Estado de Mijail Bakunin







lunes, 1 de diciembre de 2008

Lejísimo


Quizás mañana nos encontremos en una estrella o en

el balcón y


digamos "¿!Y al final, tanto quilombo por esto?!"

STALKER

¿Qué pedirías si tuvieras la posibilidad de que cualquier deseo te fuera concedido? Esta es una pregunta que transita al ser humano, desde que este existe. El poeta y cineasta ruso Andreí Tarkovsky no fue ajeno a este planteamiento e intentó canalizar su duda en el film Stalker (1979).
Cuando un artista nos conmueve hasta nuestras raíces más profundas, es un iluminado. El ruso, como buen poeta que fue y es, sus obras seguirán sembrándonos búsquedas, logra ubicarnos en tiempo y espacio en su mismo planteamiento y camino de exploración.
¿Pediría yo toda la plata del mundo, acostarme con la mujer que más me calienta o la paz mundial? Ante la tentación del todo la facilidad es tan fuerte, que reaccionamos con un reflejo de rápida satisfacción. Pero, insisto, ¿qué pediría realmente si todos mis deseos pudieran ser cumplidos? Más frío ya, sin pensar en mi subsistencia material o satisfacción carnal, seguramente no tendría la más mínima idea que pedir. La habitación de la película, la que puede cumplir todos tus deseos no es la meta de un camino. Al contrario, en ninguna parte del film los personajes piden que se cumplan sus demandas. La película indaga en algunos de los componentes esenciales y comunes de los seres humanos. La capacidad de desear infinitamente y la constante formación en la que estamos, son retratadas en Stalker con la meticulosidad de un orfebre y la sensibilidad de alguien que asume sus miedos más terroríficos.
La metáfora de los personajes principales, el Científico y el Escritor o la razón y la sensibilidad; muestra el enfrentamiento de dos de las fuerzas humanas más poderosas, combate que no sólo ocurre a nivel personal en cada uno de nosotros, sino que es una batalla viviente a nivel social y político desde que la humanidad existe.
En el medio de ellos dos está el Stalker. Un ser con una fe increíble y tan perseverante, que a pesar de todo cree en estos dos seres y los conduce al cuarto donde todo deseo puede ser satisfecho. El sabe que el cuarto no va a concederles absolutamente más nada que el comienzo de un camino de fe y búsqueda de la armonía. Sin embargo el trayecto hacia el cuarto, revela las más miserables y egoístas fibras humanas.
Ya hacia el final de la película, el Stalker al haber regresado sano y salvo junto al Científico y el Escritor, se hunde en el desasociego al ver como estos continúan sin tener fe. El Stalker se pregunta una y mil veces ¿por qué no tienen fe? ¿por qué quieren destruir la fe?
Tarkovsky es uno de esos iluminados que no tiene reparo, en representar en sus obras la búsqueda de la armonía, de la trascendencia que exceda lo carnal, la búsqueda de Dios pero no como orden regulador de nuestras acciones. Sino, Dios, el Alfa y Omega, la fuerza y energía que nos mueve y conforma a todos en un mismo ecosistema. El sufrimiento del Stalker, al sentir como el Científico y el Escritor no aúnan fuerzas para abrirse a esa fe, es la angustia que tiene el poeta, al percibir al mundo hundido en la desesperanza total. El poeta, el Stalker, el mismo Tarkovsky; son seres con la sensibilidad para transgredir los límites carnales y racionales, que nos impone la sociedad actual. Una de las claves que plantea el ruso, creo yo, es precisamente la unión de la razón (el Científico) y la sensibilidad (el Escritor) en pos de hallar en cada uno de nosotros esa armonía, ese Grial de luz que puede llegar a ser la llave de la trascendencia.
Recuerdo que de chico, una de las tantas explicaciones que me dieron sobre Dios, decía que Dios, como fuerza creadora, como energía terriblemente poderosa, se halla en cada uno de nosotros. Lejos de ser sus esclavos encarnados en cuerpos pecadores, somos pequeñas partículas constituyentes de esa inabarcable e indescriptible fuerza. Así como las estrellas orbitan e iluminan el cosmos, quizás nosotros orbitemos en una existencia que nos supera y escapa a todo lo imaginable racionalmente.
Una de las cosas que más me llamó la atención de la película, es la forma de moverse que deben tener las personas en La Zona, el lugar donde está ubicado El Cuarto que puede conceder lo que uno desee. En ese escenario selvático, donde sólo la naturaleza y los restos materiales de una gran construcción sobreviven, los que se animen a ir por allí deben moverse de manera curva, ya que mientras más derecho uno camina más riesgo asume. De hecho, los tres viajeros se desplazan en La Zona, atando una tela blanca a una tuerca y arrojándola hacia cualquier parte y hacia allí avanzan. Otro dato llamativo, es que todo lo que constituye La Zona, se pone en movimiento apenas alguien se adentra en ella. No se por qué, pero este desplazarse en La Zona y su automática transformación en y con movimiento, me hizo recordar al inconsciente. Su tiempo de instante presente, su pasado y futuro en constante movimiento, su andar no recto, circular capaz y al mismo tiempo, contenedor y formador de nuestra entera persona, creo yo de igual forma en lo racional como en lo emocional.
Por qué no sentir y pensar, que en ese "lugar" que es nuestro inconsciente, una semilla energética de lo que algunos denominamos Dios, fue plantada. ¿Encontráremos respuestas, más fuerza para nuestra fe, locura, deshazón, combustible para nuestra creatividad o quizás sea nuestra Zona con El Cuarto, para que nos transformemos en un Stalker?